Los edulcorantes se utilizan desde hace décadas, pero todavía existen una serie de mitos en torno a su consumo. Para desterrarlos, especialistas en nutrición se reunieron en un seminario internacional sobre edulcorantes que se hizo la semana pasada en Buenos Aires, organizado por la Universidad ISALUD, el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI Argentina) y el Instituto Argentino para la Calidad (IAPC).
Los expertos en regulación alimentaria coincidieron en señalar la eficacia y seguridad de los edulcorantes no calóricos, e incluso señalaron que el control sobre estas sustancias es más estricto que el que reciben los medicamentos: “Cuando hablamos de un nuevo alimento o aditivo la exposición a éste será para toda la población, mientras que un remedio que es sólo para un grupo específico de pacientes, que lo tomarán por un tiempo definido y bajo supervisión médica”, explicó Fernando Cardini, director académico de la Maestría en Gestión de la Seguridad Alimentaria de la Universidad ISALUD.
Estos son los principales mitos sobre los endulzantes capaces de sumar sabor sin agregar kilos:
Los edulcorantes naturales son mejores que los artificiales: FALSO. Los edulcorantes, es decir las sustancias que sirven para endulzar, pueden ser naturales o artificiales. Los primeros derivan de sustancias presentes en los vegetales mientras que los artificiales se elaboran químicamente. En este caso, la máxima de que lo natural es mejor carece de sustento ya que, según la consultora internacional en regulación alimentaria Susana Socolovsky, “todos los edulcorantes no calóricos disponibles son seguros y han sido evaluados y aprobados por las autoridades sanitarias. Consumir uno u otro es una preferencia personal”.
Los edulcorantes no calóricos son seguros para las embarazadas: VERDADERO. Es cierto que el embarazo impone restricciones en el consumo de determinadas sustancias, pero los edulcorantes están exentos. De acuerdo a Cardini “todos los edulcorantes no calóricos aprobados por nuestro código alimentario pueden utilizarse, ya que la ingesta diaria establecida para cada uno de ellos se calculó con el margen de seguridad necesario para este grupo en particular”.
No se pueden utilizar edulcorantes para cocinar: FALSO. Casi todos los endulzantes no calóricos son aptos para elaborar productos de bollería y repostería. Fuera del aspartamo, “que no se puede utilizar porque se degrada con el calor”, explica Socolovsky, el abanico de opciones es amplio (stevia, ciclamato, sacarina, sucralosa), pero siempre hay que tener en cuenta que además de otorgar un sabor dulce a las preparaciones, el azúcar aporta cuerpo, por eso “si se usan edulcorantes hay que pensar cómo hacer para que la preparación no pierda el volumen”, indica.
El ciclamato puede causar cáncer e infertilidad: FALSO. Ganó mala prensa en los 70, cuando la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos lo prohibió basándose en experimentos realizados en animales. Si bien un amplio cuerpo de investigaciones avala su seguridad, la FDA todavía desaprueba su uso. Lo explica Cardini: “Después de 24 años de estudio, se concluyó que este producto no presenta efectos adversos. La FDA hizo pública la intención de levantar la prohibición, pero hasta el momento no ha sucedido. En parte porque hacerlo lleva tiempo y también porque la mala prensa del aditivo no motiva al organismo a ocuparse del tema”.
Las golosinas elaboradas con edulcorante protegen la salud bucal: VERDADERO. Comer golosinas sin que las caries se transformen en una amenaza es posible, ya que está comprobado que las golosinas sin azúcar no causan deterioro dental. “Chicles, caramelos y chupetines sin azúcar son una excelente opción para que los niños disfruten del sabor dulce sin que los dientes se deterioren”, indica Socolovsky.
Fuente: Diario Clarín
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