Mostrando las entradas con la etiqueta Dengue. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Dengue. Mostrar todas las entradas

viernes, 24 de junio de 2016

Costa Rica se suma a los países que aprobaron la vacuna experimental contra el dengue

Las autoridades sanitarias dieron el visto bueno al uso de la vacuna tetravalente de la farmacéutica Sanofi, que garantiza una inmunización promedio del 60 por ciento. Este es el quinto país del mundo en autorizar el uso del fármaco. 
  
Costa Rica se convirtió esta semana en el quinto país del mundo en aprobar la vacuna tetravalente de la farmacéutica francesa Sanofi contra el dengue, que protege a personas entre los nueve y 45 años de edad de los cuatro serotipos de la enfermedad. De acuerdo con una comunicado de prensa del laboratorio, el Ministerio de Salud de Costa Rica dio este martes el beneplácito a la vacuna, lo que convierte además a esta nación centroamericana en la cuarta de América Latina en aceptarla, junto a Brasil, El Salvador, México y Filipinas.

El miembro de la Sociedad Pediátrica de ese país Jorge Martínez señaló que el dengue es una enfermedad que impacta de manera significativa al país como resultado del incremento de la morbilidad y urbanización y agregó que en 2016, se registran siete mil 711 casos, un 500 por ciento más que en igual etapa de 2015. La aprobación de la vacuna nos da acceso a una herramienta que fortalecerá la prevención de esa enfermedad, que puede ser mortal, en nuestro país, indicó Martínez.

Por su parte, el director global de Asuntos Médicos del Proyecto Dengue, Sanofi Pasteur, Cesar Mascareñas, sostuvo que el virus representa un grave y creciente problema para la salud pública en muchos lugares de América Latina, relacionado con un costo humano y económico.

Por ello, apuntó, la aprobación de la vacuna en Costa Rica permitirá a los profesionales de la salud acceder a la primera herramienta clínica de prevención, por lo que podrán proteger a sus pacientes eficazmente en contra de esta enfermedad.

En abril de 2016, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los países endémicos considerar la introducción de Dengvaxia como parte de la estrategia de prevención del dengue. Con ella, la OMS busca reducir en un 50 por ciento la mortalidad causada por el dengue, y un 25 por ciento la morbilidad para el año 2020 en países endémicos.

Fuente: Mirada Profesional

jueves, 12 de mayo de 2016

En CABA hay diez veces más médicos que en Misiones

La cifra la revela un informe del Ministerio de Salud, la Escuela Andaluza y la OPS. Además, faltan especialistas en terapia intensiva, neonatología y medicina familiar.

Existe una relación directa entre la cantidad de profesionales de la salud en una zona determinada y el estado sanitario de sus habitantes. Por eso, cuando el déficit de médicos y/o enfermeros se hace evidente, se transforma en un dolor de cabeza para las autoridades del lugar y se encienden todas las alarmas para buscar la forma de revertir esa situación complicada.

Algo de eso está pasando en la Argentina, como lo demuestra la incapacidad para cubrir 300 cargos de médicos de planta en hospitales bonaerenses –en áreas prioritarias como neonatología, terapia intensiva y obstetricia–, y la existencia de un desequilibrio notable entre diversas regiones del país en cuanto a la tasa de médicos por habitante, según se desprende del Análisis de la Distribución de Médicos Especialistas en la República Argentina, un extenso informe presentado a fines de 2015 por la Escuela Andaluza de Salud Pública junto al Ministerio de Salud de la Nación.

“El estudio es el primero de su tipo que se realiza en el país”, le dijo a PERFIL Isabel Duré, ex Directora Nacional de Capital Humano y Salud Ocupacional y una de las autoras del trabajo que reveló, entre otros datos, que mientras en la Ciudad de Buenos Aires hay 190 médicos cada diez mil habitantes, en Misiones hay 19 y en Formosa,  22. De hecho, mientras CABA reúne el mayor número de profesionales, el 75% de las provincias tienen menos de 44,4 médicos por diez mil habitantes.

“Este desequilibrio ya afecta el acceso a la salud en algunas zonas. Es más notable en los lugares en los que no hay oferta de formación de grado y se explica, en parte, porque los jóvenes suelen optar por ejercer la profesión cerca de donde estudiaron”, aseguró la administradora gubernamental. En 2012, dato que se usó para el trabajo, sólo 12 provincias contaban con facultades de medicina.

Cambios. Aunque el objetivo del informe fue generar un modelo que permitiera planificar las necesidades de formación de especialistas, y minimizar así el déficit (o superávit) de ciertas orientaciones, la radiografía del estado de situación nacional permitió comprobar, también, las nuevas realidades de una profesión que está mutando.

Esto se evidencia en médicos con menos interés por realizar guardias ante el pago insuficiente de honorarios y las condiciones laborables poco favorables; que le escapan a las residencias en los hospitales con mayores carencias (o ubicados en zonas marginales); y que ya no quieren especializarse en áreas tan fundamentales como demandantes: neonatología, medicina familiar, terapia intensiva, obstetricia, pediatría. “Hay una tendencia a elegir las especialidades que tienen procesos de trabajo más amigables, que son más compatibles con la vida, o que ofrecen una mejor remuneración”, indicó.

“Creo que el Estado debe intervenir en el proceso de planificación de las especialidades médicas, porque frente a su ausencia prevalecen las regulaciones corporativas. Hay que pensar cómo hacer confluir los intereses de los jóvenes con lo que necesita el sistema sanitario”, señaló Duré.

Y propuso algunas soluciones: “instalar facultades de medicina en provincias en las que no hay; fortalecer el proceso de especialización orientándolo a las necesidades del país a través de la residencia; modificar la modalidad de trabajo –con guardias de 12 horas y  descanso posguardias, por ejemplo–, de manera de poder tentar a los profesionales”.

Otro dato interesante –y preocupante– que aportó el estudio realizado en sociedad con la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) es que no todos los médicos que ejercen una especialidad están certificados. Como el título es habilitante –una vez que se cuenta con la matrícula–, los profesionales pueden ejercer igual una especialidad (sólo no se les permite anunciarse como especialista en una cartilla médica).

“Desde el punto de vista de la salud pública, no saber cuántos y qué tipo de especialistas tenés no permite planificar. Pero, además, la certificación implica un control de calidad: garantiza que el profesional pasó por un proceso formativo de calidad suficiente como para atender en esa especialidad”, reflexionó Duré, quien reclamó facilidades para ayudar a que los médicos se certifiquen.

Esta semana, profesionales de la salud de los hospitales bonaerenses realizaron un paro de 72 horas, cuyo eje fueron mejoras salariales. Pero ese reclamo no es más que la punta del iceberg de un conflicto mucho más profundo, que tiene que ver con un replanteo del propio quehacer médico.

Fuente: Perfil

lunes, 29 de febrero de 2016

La participación ciudadana como herramienta de control de las enfermedades vectoriales

Las experiencias más positivas de control del Dengue y enfermedades vectoriales tuvieron una fuerte participación ciudadana en el control vectorial pero con el Estado como articulador y contralor de medidas preventivas de carácter permanentes, explica la doctora Marina Stein, investigadora de la UNNE, respecto a la proliferación del Dengue y riesgo de Zika y Chikungunya. Señala que en la región NEA en los últimos años el mosquito Aedes aegypti muestra actividad todo el año y muchas condiciones favorecen su desarrollo.    

“En enfermedades de transmisión vectorial como el Dengue, Zika o Chikungunya el control del mosquito vector es lo más importante” destacó la doctora Stein en relación a la necesidad de fortalecer dichas acciones.

Stein, Doctora en Biología, es Jefa del Área de Entomología del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, e investigadora del CONICET, y lidera un equipo de trabajo que hace años estudia a Aedes aegypti y otros mosquitos en la región.

La profesional se refirió a la actual epidemia de Dengue en el país, con epicentro en la región Nordeste, y señaló que era algo previsible por los altos índices vectoriales previos a la presencia de casos. “Nunca se sabe exactamente cuándo va a ocurrir una epidemia, pero si los índices vectoriales son elevados y conocemos de la circulación de los virus en países limítrofes y con alto intercambio turístico con Argentina entonces es previsible esperar epidemias en las épocas de mayor abundancia del vector para nuestro país”.

En ese sentido, sostuvo que se observa un gran esfuerzo de diferentes organismos del Estado para enfrentar esta epidemia, pero en realidad esos esfuerzos debieran disponerse de manera permanente, a lo largo de todo el año, no sólo en acciones de control vectorial, también en la difusión, y “quizás se evitarían epidemias de la magnitud de la actual en relación a Dengue y otras enfermedades”.

Recordó que el mosquito Ae. aegypti participa en la transmisión de Dengue, Zika, Chicungunya y puede transmitir más de 80 virus, aunque en Argentina sólo se registraron casos de las tres enfermedades citadas, de estas dos últimas sólo casos importados.

Expresó que en el actual contexto de epidemia se está poniendo el foco de atención en la responsabilidad del ciudadano en controlar criaderos en su domicilio, cuando se trata de una responsabilidad colectiva, siendo el dengue un problema social, con múltiples factores asociados.

Los diferentes medios de difusión remarcan el hábito domiciliario de Ae. aegypti, por lo que la responsabilidad de su presencia recae casi exclusivamente en el ciudadano. “Nosotros decimos que Ae. aegypti es un mosquito urbano, dónde el domicilio es uno de los sitios en el que podemos encontrarlo, pero no debemos olvidar los cementerios, chacharitas, gomerías, construcciones abandonadas, y otros lugares públicos, etc., pues es común encontrar criaderos en estos sitios, observándose un déficit en el control vectorial que está en manos del Estado”.

Para la especialista, si bien la participación ciudadana es clave, es el Estado el que debe garantizar y monitorear acciones que permitan el control del mosquito Aedes aegypti, tanto en situaciones de brotes pero principalmente debe hacerlo a lo largo de todo el año con carácter preventivo.

Manifestó que el Dengue, como otras tantas enfermedades, afecta más a los grupos sociales más pobres, precisamente porque disponen de viviendas precarias con ausencia de telas mosquiteros en puertas y ventanas, presencia de ranuras u orificios en paredes y techos, entre otras cuestiones, sumados a la falta de confort, falta de aire acondicionado, y carencia de servicios de agua corriente y cloacas, “haciendo a esta población más vulnerable frente a quienes disponen de ellos. Es decir que estos sectores están más expuestos a las picaduras de Aedes. Aegypti”.

Asimismo, el acceso a tiempo a los servicios de salud también condicionará su posibilidad de recuperación. “Por lo que no podemos afirmar que el dengue nos afecta a todos por igual sólo por el hecho de que el mosquito no discrimina clases sociales” agrega.

Además se mantienen elevados los niveles de población sin servicio domiciliario de agua potable, que se ven obligados a acumular agua en recipientes con el riesgo que implica.

Justamente, sobre las responsabilidades en la lucha contra el Dengue, la doctora Stein indicó que las experiencias positivas de control del vector, como Cuba, tienen como característica el fuerte rol articulador del Estado, con políticas permanentes de control vectorial, educación ciudadana, sistemas de salud eficientes, y participación de diferentes sectores de la sociedad.

Si se observa el mapa epidémico de América (2015-2016), se observa que el único país sin casos de Dengue, Zika o Chikungunya es Cuba.

Stein recordó que Argentina logró eliminar al vector, certificando en 1965 su “erradicación” junto a 16 países de América. Pero en 1986 se constató la re-infestación con Ae. aegypti en el país y en 1998 se documentó la primera epidemia de Dengue luego de la reinfestación.

“Se pudo haber educado a varias generaciones respecto a esta problemática, y no me refiero sólo a los niños ya que somos los adultos los que debemos dar ejemplo” sostuvo la investigadora y acota que se debieron haber realizado las inversiones que permitieran la modificación del ambiente urbano para evitar que los ciudadanos deban acumular agua, y campañas permanentes de control con eliminación de criaderos como eje central.

Señaló que hace décadas ya se hablaba de lograr vacunas contra el Dengue, la Organización Mundial de la Salud no ha autorizado aún ninguna.

“Si tenemos en cuenta que Ae. aegypti puede transmitir más de 80 virus, como señalamos antes, tendríamos que pensar en 80 vacunas. ¿Es posible o necesario fabricar tantas vacunas? Creemos que es más factible y necesario el control del vector. Nuevamente Cuba es el ejemplo de ello” opinó.

Consideró que en la actual situación lo más pertinente no es hablar de “erradicar” el Aedes aegypti sino de “controlarlo” pues son muchos los factores que se conjugan para su proliferación. Agregó que campañas intensivas quizás no lo eliminen pero reducirían al mínimo su población evitando grandes epidemias como las actuales.

Reiteró que si se mantuvieran los esfuerzos una vez que pase la epidemia, seguro se observarían resultados positivos.

Evidencias científicas demuestran que en la región se constata una actividad del mosquito vector prácticamente todo el año, cuando hace una década la población de mosquitos adultos desaparecía en el invierno. Además, Stein comentó que hay países limítrofes, como Paraguay, que están teniendo casos de Dengue todo el año (endemia), por lo que si Argentina y la región NEA tienen mosquito todo el año podrían iniciarse brotes más temprano que en años anteriores.

Asimismo, se detectó la presencia del mosquito Ae. aegypti en recipientes naturales como huecos de árbol, axilas de bromelias, cuando se lo registraba sólo en recipientes artificiales.

En otros países de América se considera que en la propagación de la actual epidemia de Dengue podría estar participando también otro vector, Aedes albopictus, que transmite los mismos virus que Aedes aegypti y muestra una mejor adaptación a ambientes naturales para su reproducción y a condiciones más templadas de temperaturas. En Argentina sólo se lo encontró hace varios años en Misiones pero no se comprobó si participa en la transmisión.

El cambio climático, altas temperaturas, cons¬tan¬tes llu¬vias y la per¬sis¬ten¬cia de hu¬me¬dad fa¬vo¬re¬cen la re¬pro¬duc¬ción del vector, y el actual Fenómeno del Niño que se registra en Sudamérica estaría acentuando los brotes de Dengue. Se suma la cercanía de la región nordeste con Brasil y Paraguay, que registran gran cantidad de casos.

“Todo nos lleva al control vectorial, por medio de fuertes acciones preventivas y cambios de conductas ciudadanas” manifestó.

Sistemas de salud. Consultada sobre la actuación del sistema sanitario ante el Dengue, señaló que “en situaciones de epidemia lo más importante es atender la salud”.

Explicó que el Dengue tiene una baja mortalidad y en muchos casos con sintomatología no grave. Los especialistas coinciden que el responsable de un muerto por Dengue es una falla en el sistema de salud, por no haber atendido a tiempo o no haber tratado bien al paciente.

Actualmente se califica a los casos de Dengue como “sin signos de alarma”, “con signos de alarma” y “grave”. El caso “grave” es lo que habitualmente se catalogaba como “Dengue hemorrágico” y se le atribuía un alto riesgo mortal. “Si el paciente está controlado es difícil que tenga un desenlace mortal”.

Fumigaciones. La profesional señaló que es la opción en casos de epidemia y debe hacerse bajo estrictas normas internacionales, no lo hace un ciudadano común. La implementación de fumigaciones en momentos inter-epidémicos, es decir, cuando no hay casos de dengue, no son necesarias ya que no hay transmisión en ese momento.

La fumigación se aplica para matar al adulto que en caso de haber personas con dengue pueden transmitir el virus a otras. “ del mosquito a los químicos, además de matar otros insectos y los peligros de exponer a la población humana a los productos usados”.

Expresó que muchas veces ante la falta de efectividad de la educación ciudadana o la falta de efectividad del Estado sobre el ambiente “se lanzan fumigaciones que no son necesarias”.

Al respecto, explica que cuando se dice que el mosquito Ae. aegypti cría en neumáticos se hace referencia a que la hembra selecciona este sitio para depositar sus huevos con cierta preferencia frente a otros criaderos. Lo hace porque el neumático es un sitio oscuro, de boca muy amplia, con paredes rugosas ideal para que los huevos se adhieran a las paredes. Además, la forma de este recipiente hace que sea difícil desagotar el agua y esta permanece estable el tiempo suficiente para la emergencia de los adultos. El caucho con el que está hecho el neumático mantiene la temperatura del agua más o menos estable. Todas condiciones muy favorables para que crie el mosquito. Principalmente si los neumáticos están abandonados y a la intemperie para que se cargue con agua de lluvia.

“¿Dónde podría estar el huevo del mosquito en una rueda de auto que está andando o en uso? ¿O se hace referencia al mosquito en su fase adulta? Si es así, cómo podría agarrarse el mosquito adulto con el vehículo en movimiento a 100 km /hora?” indica al respecto.

“Todas estas acciones no sirven para controlar al vector” señala y agrega que “sí son muy importantes y sirve, la remoción, tapado, relleno y/o eliminación de neumáticos en desuso y a la intemperie o cualquier otra acción que elimine y controle los criaderos del mosquito. Estas acciones de manipulación del medio, como las de modificación del medio que tiendan a mejorar la calidad de vida de las personas son las que a la larga contribuyen a controlar el vector” finalizó Stein.

Fuente: Portal Tierra de Periodistas

jueves, 5 de diciembre de 2013

Dengue: información para viajeros

El dengue se transmite solamente por la picadura del Aedes aegypti. Cuando este tipo de mosquito se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras personas, les transmite esta enfermedad. El contagio sólo se produce por la picadura de mosquitos infectados. No se transmite directamente de una persona a otra, ni a través de objetos.

Como no existe ninguna vacuna que proteja del dengue, las medidas de prevención deben dirigirse a eliminar de todos los objetos que sirven de criaderos al mosquito y también evitar sus picaduras.

Quienes viajan a provincias de Argentina o a otros países donde se han presentado casos de dengue deben tener en cuenta los siguientes consejos:

• Evitar en la medida de lo posible, exponerse al aire libre durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, las horas de mayor actividad del mosquito.

• Usar mangas largas y pantalones largos si se desarrollan actividades al aire libre.

• Utilizar espirales o tabletas repelentes.

• Proteger las cunas o cochecitos de bebés con mosquiteros tipo tul al permanecer al aire libre y cuidar que permitan una correcta ventilación.

• Utilizar repelentes sobre la piel expuesta y renovar su aplicación cada 3 horas aproximadamente. Deben utilizarse productos que contengan DEET (N,N-dietil-m-toluamida) ya que son los más eficaces.

• Rociar también la ropa con repelente porque los mosquitos pueden picar a través de las prendas de tela fina.

• En los bebés menores de dos meses de edad no se recomienda utilizar repelentes.

• En los niños mayores de dos meses se deben usar repelentes con concentraciones de 10% de DEET. Se recomienda leer las etiquetas de los productos.

• No permitir que los niños pequeños se apliquen ellos mismos el repelente, siempre lo debe hacer un adulto evitando aplicarlo en los ojos y bocas de los niños y usarlo cuidadosamente alrededor de los oídos.

• No aplicar el repelente en las manos de los niños, ya que éstos podrían poner sus manos en sus bocas, ni en piel irritada, cortada o quemada. • No utilizar repelentes asociados a protectores solares en la misma formulación.

• Ante síntomas como fiebre, dolor de cabeza (especialmente en la zona de los ojos), dolores musculares, articulares, erupciones, náuseas y vómitos, consultar al servicio médico local.

• No automedicarse, evitando especialmente tomar aspirinas, ibuprofeno o aplicarse medicamentos inyectables ya que favorecen las hemorragias.

• Si durante las dos semanas posteriores al viaje a zonas afectadas por esta enfermedad se presentan síntomas de dengue, concurrir al médico inmediatamente.

Fuente: Ministerio de Salud de la Nación