Es la primera de su tipo. Explica qué problemas de salud
demandan atención urgente y cuáles pueden esperar.
Los 10 problemas de salud más frecuentes |
Alguien se sienten bien, pero de repente sobreviene un inconveniente en la salud. Puede ser una tos imparable, un agudo dolor de cabeza, fiebre, un molesto malestar de panza, un resfrío plagado de estornudos, un aumento de la presión arterial, un dolor en el pecho que asusta, una fuerte acidez estomacal que quema por dentro, una incomodísima diarrea o un traumatismo por una caída de lo más tonta. Esos son los diez problemas de salud de instalación reciente más comunes, que pueden aparecer de imprevisto, sin causa aparente. Llevan a las personas a buscar información en Internet y, en muchas ocasiones, terminan confundidas porque tienen datos en exceso que no entienden cómo interpretar: no saben si pedir un médico a domicilio, acudir a una guardia médica, pedir un turno programado, seguir consejos de familiares y amigos o automedicarse.
Para evitar tanta desorientación en la era de Internet, tres
médicos de familia del Hospital Italiano de Buenos Aires publicaron El libro
azulado. Problemas de salud de instalación reciente, una obra didáctica, apta
para todo el público, destinada a calmar el susto y la ansiedad que generan
estos problemas. Se consigue en la mayoría de las librerías. “Queremos dar
herramientas para que los pacientes puedan decidir de manera adecuada y que
razonen cuál es la mejor opción según el problema que tengan”, explicó a Clarín
Miguel Zárate, uno de los autores junto a Paula Carrete y Esteban Rubinstein.
Aquí van, entonces, algunas recomendaciones de los médicos
para los diez problemas de salud repentinos más frecuentes.
Fiebre
Se habla de fiebre cuando una persona tiene una temperatura
corporal superior a 38 grados centígrados. Es un signo de enfermedad. Lo más
común es que sea causada por una infección viral o bacteriana benigna y que se
cure sola. Aunque también puede ser la manifestación de una infección grave, como
la meningitis (que afecta a las membranas que recubren el cerebro) o la
endocarditis (que afecta al corazón). Hay que consultar al médico urgente
cuando la persona que tiene fiebre además se siente muy mal, está decaída,
confusa, tiene una enfermedad que afecta su inmunidad, fue operada
recientemente, o cuando se trata de un bebé menor de tres meses o de un niño
con antecedentes de convulsiones. Si no se dan estas situaciones, se pueden
utilizar antitérmicos, que son medicamentos de venta libre, y esperar un día.
Si la fiebre persiste, es recomendable consultar con un médico en un centro de
salud o en una guardia médica.
Resfrío
Es la enfermedad infecciosa más frecuente en todas las
edades. Consiste en estornudos y gran producción de agua y moco por la nariz.
Se cura solo, sin necesidad de recibir tratamiento médico, y
menos antibióticos.
A veces se pueden consumir medicamentos para la congestión
nasal y las secreciones por la nariz como los descongestivos, que son bastante
seguros, pero pueden causar efectos adversos como ansiedad, problemas de sueño
y dolor de cabeza.
Tos
Es un mecanismo del cuerpo que funciona en forma automática
y sirve para mantener libre la garganta, los bronquios y los pulmones.
Generalmente se debe a infecciones respiratorias leves y suele curarse sola.
Pero si la persona con tos es un chico pequeño o una persona mayor de 65 años,
o tiene fiebre, falta de aire o se siente mal, se recomienda consultar a un
médico en la guardia de un hospital o en un consultorio en forma rápida. Hay
que tener en cuenta que algunos medicamentos para la tos tienen efecto
adictivo.
Dolor de panza
La mayoría de los dolores abdominales agudos son triviales y
se deben a una gastritis o a alguna causa inespecífica. Pero también, en
algunos casos, pueden deberse a una pancreatitis aguda, una apendicitis o a la
ruptura de un aneurisma abdominal, todas ellas enfermedades que pueden
controlarse si se acude al médico de manera urgente. En el caso de la
apendicitis, el dolor de panza no cede y va en aumento y es preciso resolverla
con una cirugía.
Acidez
Es una sensación amarga o de ardor, dolor o quemazón en el
estómago, el pecho y/o la garganta. Existen situaciones que predisponen a la
acidez, tales como el estrés, la obesidad, el embarazo, el consumo de café, el
chocolate, el vino, el tabaco y algunos medicamentos, entre otros. Si la acidez
es importante, frecuente o permanente, se debe pedir turno al médico para
definir si es necesario realizar un estudio o un tratamiento.
Diarrea
Es una respuesta del intestino ante una agresión (puede ser
por una infección, una intoxicación, un viaje, excesos en la alimentación o
estrés, entre otros factores). En los adultos, si la diarrea cede en unos días
y la persona se siente bien, no es necesario consultar al médico. En cambio, la
consulta debe ser urgente si además se vomita reiteradamente y no tolera
líquidos, si hay sangre en la materia fecal, si el número de deposiciones es
mayor a ocho por día, si hay fiebre alta, si se produce algún desmayo o si la
persona tiene diabetes o infección por VIH.
Cefalea o dolor de cabeza
Puede ser aguda o crónica. Cuando es aguda puede acompañar
enfermedades como la gripe, la neumonía o un cuadro de fiebre. Cuando una
persona tiene dolor de cabeza puede descansar y esperar a que se le pase.
También puede tomar un analgésico común y de venta libre, como la aspirina, el
ibuprofeno o el diclofenac.
Si el dolor no pasa, hay que consultar a un médico.
Se debe acudir de manera urgente si el dolor de cabeza está
acompañado de convulsiones, fiebre, vómitos, o comenzó de manera súbita o es un
dolor muy fuerte.
Presión alta
Si una persona se toma la presión y está alta, lo más
recomendable es pedir un turno con su médico para que determine si es
hipertensa y eventualmente, le ofrecerá seguir un tratamiento a largo plazo. En
cambio, hay que ir a la guardia médica si la persona tiene presión alta y
además sufre síntomas como desorientación, dificultad para hablar y para
comprender, o para mover alguna parte del cuerpo, dolor de pecho, falta de aire
o dificultades visuales.
Traumatismos
Son agresiones que sufre el cuerpo por caídas, patadas de
otros, golpes contra algo, choques o un mal apoyo de una articulación, entre
otras. Un ligero raspón, un hematoma en el brazo o una caída simple pueden no
requerir la consulta médica. En cambio, todo golpe de moderado a fuerte,
especialmente si se produjo en la cabeza, sí debe llevar al paciente a una
guardia médica. Si hay dolor, los médicos recomiendan no automedicarse y
consultar al médico. En casos de heridas profundas, si el sangrado no cede o si
afectó la zona abdominal o torácica, hay que consultar de manera urgente en una
guardia médica.
Dolor de pecho
Este dolor puede deberse a muchas causas. Si es intenso,
constante, opresivo y dura más de 10 minutos, puede ser por un infarto del
corazón, un cuadro grave que pone en riesgo la vida y que requiere consultar en
una guardia médica en forma inmediata. Otras situaciones que producen dolor de
pecho pueden ser la angustia (acompañada de palpitaciones y temblor), la
inflamación de las costillas, los dolores musculares, la neumonía, el reflujo
gastroesofágico y la úlcera gástrica. Aunque sea leva o tolerable, siempre es
aconsejable consultar guardia médica en caso de que aparezca un persistente
dolor de pecho.
Fuente: Diario Clarín
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios con contenido inapropiado no serán publicados. Si lo que Usted quiere es realizar una consulta, le pedimos por favor lo haga a través del link de Contacto que aparece en este blog. Muchas gracias