Un joven pasó 33 horas en una camilla de un sanatorio por
una cirugía de 10 minutos
Luego de cuatro días de dolor insoportable, Francisco, de 39
años, empleado de una empresa de servicios, se decidió finalmente a ir a un
médico. Optó, por el dolor, por una guardia de un sanatorio privado del barrio
porteño de Palermo. Fue el lunes de la semana pasada. La causa era una fístula
que ya se había infectado.
"Había ido de traje porque pensaba ir después a
trabajar", contó. Según le habían adelantado, si necesitaba cirugía, sería
una operación de no más de 10 minutos. Sin embargo, la falta de disponibilidad
de camas en esa y otras clínicas del área metropolitana lo obligaron a esperar
¡33 horas! en una camilla de un box de la guardia.