Fue sancionada en 2002 y el kirchnerismo le dio un fuerte
impulso en sus primeros años de Gobierno. En medio de la polémica por los
precios de los remedios, surge ahora como una alternativa para combatir los
abusos de los laboratorios tradicionales. El análisis del ex ministro de Salud
Ginés González García.
Está "vivita y coleando". La Ley 25.649 de
Prescripción de Medicamentos por su nombre Genérico está vigente en la
Argentina pese a que su aplicación perdió impulso en los últimos años. Ya no
hay campañas públicas en televisión explicando las bondades de sus alcances ni
funcionarios que se esfuercen por hacerle llegar el mensaje a quienes día a día
sufren los aumentos desmesurados de los medicamentos que elaboran los
laboratorios más importantes.
El acceso de la población mundial a los medicamentos
esenciales para el tratamiento y prevención de las enfermedades constituye en
la actualidad uno de los mayores desafíos para la implementación de políticas
de salud pública. La Argentina no queda exenta del desafío ni del convite, sino
todo lo contrario.
La Ley 25.649 de Prescripción de Medicamentos por su nombre
Genérico más conocida como "Ley de Genéricos" se sancionó en el año
2002 en el marco de un país envuelto en una profunda crisis económica y de una
serie de políticas nacionales de medicamentos del gobierno de Néstor Kirchner.
La autoría intelectual de ley fue liderada por el entonces ministro de Salud
Ginés González García y representó en la región un verdadero cambio de
paradigma en la relación de la cadena que interviene en la industria
farmacéutica local.
El espíritu de la ley tiene que ver fundamentalmente con
amplificar el derecho de los pacientes a elegir libremente el medicamento y que
los laboratorios produzcan en el país aquellos medicamentos sobre los que
pretendan una patente.
Hoy, en medio de la polémica entre el Gobierno y los
laboratorios por el exorbitante aumento de precios, la vigencia de la ley se
instala en el debate público, ya que surge como una herramienta eficaz para
controlar el abuso de los laboratorios tradicionales.
Texto estratégico
El punto crucial sobre el que se instala la fuerza de la Ley
de Genéricos es el reflejo en los precios del poder de mercado de las marcas.
Los medicamentos genéricos son toda especialidad medicinal,
aprobada por la autoridad regulatoria local, cuyo principio activo, forma
famacéutica, dosis y forma de administración es idéntica a otra innovadora
también aprobada por la autoridad regulatoria, cuya eficacia y seguridad ha
sido debidamente establecida y cuya patente se encuentra vencida.
El autor intelectual
El ex ministro de Salud Ginés González García es el creador
de la ley. Desde Chile, en donde ocupa la Embajada, analizó para Infobae cuál
es el impacto actual de la legislación de genéricos: "En su momento fue
impresionante. Generó una disminución del precio de los medicamentos. Frenó
notablemente la suba en un momento inflacionario de la Argentina y recuperó
muchísimo el acceso de la gente. El único que elegía el medicamento era el
médico, con la política de prescripción por nombre genérico lo hizo el paciente".
Fue el ministro de Salud número 24 de la Argentina y ejerció
el cargo hasta el año 2007 durante las presidencias de Eduardo Duhalde y de
Néstor Kirchner. Ginés González García cuestiona el apoyo escaso de los
diferentes actores de la industria y el Estado para transformar hábitos y
conductas entre los médicos y pacientes para ejercer el derecho a elegir
libremente los medicamentos.
"Desde el momento que se impulsó la Ley y mientras
estuve en el Ministerio de Salud, las asociaciones profesionales de médicos, de
farmaceúticos y sobre todo la población entendió que esta era una medida
favorable para su salud y su bolsillo. Naturalmente había otros grupos a los
que esta iniciativa no les convenía y no la querían. Desde el punto de vista
del Estado e incluso desde la CGT, que estuvo en el lanzamiento, y también en
la constitución de la política en ese momento, me sentí respaldado. Pero el
gran desafío pendiente que aún tiene la Ley es que se ejecute. De aquella época
hasta ahora ha caído mucho el grado de cumplimiento y por eso, es necesario
revitalizarla.
González García es un observador crítico de la
sustentabilidad futura de los sistemas sanitarios frente al aumento de los
costos de los medicamentos -sobre todo los de origen biológico-, el
envejecimiento de la población y la cronicidad de enfermedades.
"El contexto internacional es que todos los estados
modernos tienen una altísima preocupación por el acceso de la población a los
medicamentos, que está vinculado al altísimo precio. Hoy hay otro nuevo
problema que son que los medicamentos de origen biológico que tienen precio prohibitivo".
Todas las democracias modernas quieren que la totalidad de
la sociedad tenga acceso a los medicamentos. El precio es una condición
difícilísima para conseguir y esto es un problema que atañe tanto a los países
pobres como a los ricos. De tal manera que hay distintas políticas, una de
ellas, sigue siendo la prescripción por nombre genérico como para darle
competencia al mercado y sobre todo para darle esa oportunidad a los pacientes,
que puedan acceder al medicamento sin que esto los empobrezca o los deje sin
acceso.
¿Hacia qué modelo se dirige la Argentina en materia de
acceso a los medicamentos?
Ginés explica: "En la Argentina hemos trasladado el
poder de los laboratorios y de la prescripción médica a los propios pacientes.
Hoy, los pacientes tienen la oportunidad, y por supuesto, el derecho de pedir
sustitución de los medicamentos por uno de precio más accesible a su bolsillo.
Eso me parece que es una extraordinaria medida, no sólo democrática, sino que
facilita el acceso a un bien esencial".
Mirada desde adentro
Según datos de las tres cámaras industriales más importantes
que operan en la Argentina -la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales
(CAEME) que agrupa a los laboratorios internacionales; la Cámara Industrial de
Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA) y la Cámara Empresaria de
Laboratorios Farmacéuticos (COOPERALA)- el mercado de fármacos argentino es uno
de los más importantes del mundo en cuanto a abastecimiento interno y consumo.
Argentina es el cuarto país a nivel mundial en consumo de
medicamentos por habitante, con un promedio superior a los 190 dólares anuales.
Pero la recuperación sostenida de la industria nacional se dio sustancialmente
con la modificación de la Ley de Patentes, en diciembre de 2003.
La mayoría de los países occidentales hoy tiene una
población que envejece y una tendencia hacia una mayor prevalencia de
enfermedades crónicas con un mayor requerimiento de medicamentos especiales.
Dentro de la cadena, los farmacéuticos parecen ser el
eslabón que brinda más dimensión a la Ley de prescripción de medicamentos
genéricos. Comprende la ley en el aspecto que amplifica los derechos de los
pacientes y a la vez como herramienta controladora de precios.
Ricardo Pesenti, tesorero de la Confederación Farmacéutica
Argentina (COFA), explicó a Infobae: "Hoy la ley está bastante
desvalorizada en su uso. Ha perdido concepto y no se le ha dado la publicidad
que merece. Esta ley implica que el paciente ejerza el derecho y la potestad a
partir de la prescripción de la droga genérica de elegir la marca a partir de
la confianza a un laboratorio, una sugerencia del médico o farmacéutico o por
idea propia".
"La Ley puede ayudar a impulsar la competencia entre
los laboratorios y puede representar una herramienta eficaz para el control de
los precios. El Estado hoy tiene esta herramienta pero no la usa".
Dentro del concierto internacional, México, Chile y la
Comunidad Europea son experiencias positivas de una aplicación eficiente de la
Ley de Genéricos. Argentina por su propia lógica del mercado ofrece una mejor
oportunidad para la implementación de la Ley, ya que cuenta con un mercado
local vigoroso.
Agrega Pesenti: "En la Argentina el escenario de la
industria farmacéutica es particular y muy alentador para la la Ley de
Genéricos. La industria nacional de medicamentos es fuerte. No así en otros
países que está dominada por los laboratorios transnacionales".
Lo que hay que analizar para dimensionar el impacto de la
Ley en el control de precios es hacia qué modelo de la seguridad social se
encaminará la Argentina. Así se podrá ver cómo impacta en cada uno de los
actores del sistema. Y aquí uno de los grandes debates que hay que profundizar.
En el caso argentino uno de los principales nudos del
problema es que la administración de los convenios de las obras sociales del
Estado (como PAMI, la principal) y de las prepagas privadas ha quedado en manos
de la misma industria farmacéutica que prioriza los medicamentos de marca y no
los genéricos.
"El rol del farmacéutico es informar, sugerir y abrir
el juego al conocimiento del paciente, pero el que toma la decisión y decide
qué marca quiere comprar es el paciente", remarca Pesenti.
Nicolás Santander, presidente de la Cámara Argentina de
Productores de medicamentos Genéricos y de uso hospitalario (CAPGEN) aseguró:
"El 2002 marcó un crecimiento explosivo para nuestro sector respecto a los
medicamentos que llegan al mostrador de la farmacia. Ese crecimiento pasó del
0% de las unidades a un 15% siendo en la actualidad de aproximadamente un 10% y
teniendo actualmente cobertura en todo el país".
Sobre el cumplimiento de la Ley 25.649 de Prescripción de
Medicamentos por su Nombre Genérico Santander puntualiza: "La Ley no se
cumple ya que las recetas son confeccionadas por nombres comerciales, y en el
mejor de los casos con sugerencia de marcas. La farmacia se ve obligada a
expender los medicamentos que dice la receta, porque las obras sociales así lo
aceptan. Lamento del retroceso de los genéricos porque son mucho más baratos
para la gente, incluso para las obras sociales".
Con respecto al medicamento hospitalario la CAPGEN abastece
al 80% de las unidades consumidas.
Agrega Santander: "Nuestros laboratorios cubren el 100%
de los hospitales, clínicas y sanatorios de todo el país, ya sea de manera
directa o a través de su red de droguerías. Participamos
de todos los programas nacionales e internacionales como así también en nivel
provincial y municipal, siendo los principales actores en dicho segmento".
"Hemos hecho fuerte Inversión en el sector. En los
últimos 10 años, crecimos en términos productivo en nuestras plantas y
aumentamos considerablemente la producción de unidades en sus distintas formas
farmacéuticas. También hay que destacar el crecimiento en las exportaciones,
algo a lo que se está apostando a pesar de que a veces nos cuesta competir con
productos indios o chinos en los países de destino. Pero de alguna manera
intentamos dar batalla y los resultados se reflejan en la cantidad de países que
hemos incorporados como clientes, concluye Santander.
La pelea hoy
En la Argentina entre diciembre del 2013 y junio del 2014
los medicamentos aumentaron alrededor de un 35%. En medio de una puja entre los
sectores, el gobierno nacional dictó desde la Secretaría de Comercio una medida
urgente para que los laboratorios retrotraigan los precios a mayo de este año.
Los laboratorios agrupados en CAEME, CILFA y COOPERALA
apuntan contra el Gobierno y lo acusan de arbitrario. Mientras garantizan
"el normal abastecimiento de medicamentos a todas las farmacias y centros
sanitarios del país". Y uno de los principales argumentos de los
laboratorios para avalar los aumentos de precios es que como traen insumos del
exterior, tienen que trasladarlos.
Las cámaras gremiales e industriales llaman a la
concertación entre las partes y buscan que el Gobierno oficie de árbitro. Los
farmacéuticos, expectantes. Llama la atención que nadie - ni siquiera el
Ministerio de Salud de la Nación que mira el conflicto distante- ponga sobre la
mesa la idea de "sacarle el polvo" a la Ley de Genéricos para ver si
puede oficiar como un "regulador natural" de los precios.
Fuente: Infobae
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