La muerte de Brittany Maynard abre la polémica. No acortan ni alargan la vida, sino que buscan liberar de dolor a quien sufre. En el país hay 180 equipos
especializados.
A partir del diagnóstico de una enfermedad que amenaza su
vida, cada persona tiene derecho a los cuidados paliativos, que son brindados
por un equipo médico para mejorar la calidad de vida. En la Argentina, las
primeras experiencias privadas empezaron en 1982 y hoy hay 180 equipos
especializados en cuidados paliativos en hospitales públicos y privados, casas
de internación y organizaciones no gubernamentales. No acortan ni alargan la
vida, sino que buscan que los pacientes estén libres de dolor. Tratan tanto los
síntomas de la enfermedad como los efectos adversos de los tratamientos.
"Los cuidados paliativos se brindan a personas que
tienen enfermedades como cáncer, esclerosis múltiple, la esclerosis lateral
amiotrófica, la insuficiencia renal, la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica, entre otras", explicó a Clarín Graciela Jacob, coordinadora del
programa de cuidados paliativos del Instituto Nacional del Cáncer, que depende
del Ministerio de Salud de la Nación.
Desde 2002, la Organización Mundial de la Salud recomienda
que los cuidados paliativos se brinden desde el momento del diagnóstico junto
con el tratamiento curativo. "No son sólo para el final de la vida, ni
tampoco son sólo para pacientes con cáncer", remarcó Jacob. "Aún en
casos en los que ya no hay tratamiento curativo, hay mucho por hacer".
Se calcula que en Argentina 80 mil personas necesitan
cuidados paliativos por año, pero sólo accede el 20%, informó Jacob. "El
desafío es formar más profesionales, y promover más redes de trabajo. También es
necesario que la gente sepa que el Programa Médico Obligatorio especifica que
puede recibir cuidados paliativos". El equipo está formado por médicos,
enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales y terapeuta ocupacional, y se
enfoca en tratar también los problemas psicológicos, sociales y espirituales
asociados. No sólo se centra en el paciente sino que también atiende a la
familia. Por ejemplo, en algunos hospitales ya ofrecen actividades como pintura
o tango para que los familiares se relajen mientras los pacientes reciben los
tratamientos como quimioterapias. "Es importante que se organice un plan
de cuidado con la familia: que se reúnan con los profesionales y que se tengan
en cuenta las necesidades del paciente", dijo Vilma Tripodoro, jefa del
departamento de cuidados paliativos del Instituto Lanari de la UBA, médica de
Fundación Pallium y autora del libro Te voy a acompañar hasta el final.
Fuente: Clarín
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