Una farmacéutica
presentó una iniciativa en redes sociales para que se implemente ese sistema,
que se utiliza en otros lugares como Brasil. Buscan evitar inconvenientes a la
hora de dispensar medicamentos. Los farmacéuticos explican las principales
dificultades que deben enfrentar por este inconveniente.
“Tenés letra de
médico”. La metáfora se usa en escuelas y universidades para criticar la letra manuscrita de los alumnos, que pese al uso de teléfonos y computadores sigue
utilizándose mucho en el sector salud. Entender lo que escribe un doctor puede
ser tarea casi imposible para el paciente, y genera muchos problemas en la
farmacia. Es que las recetas suelen ser muy complicadas para entender, y
vuelven a los farmacéuticos “expertos en letras médicas”. Para evitar errores y
complicaciones, una profesional propuso el uso de recetas pre-impresas, un
sistema que se utiliza en otros países. Para eso, se abrió una solicitud en
Internet y se hace circular la idea por redes sociales.
La farmacéutica Danisa Gumán lanzó la idea por redes
sociales, e incluso abrió una petición en la plataforma Change. El objetivo,
que se implemente en el país el sistema de recetas pre-impresas que se usa en
otros lugares, como Brasil. “Soy farmacéutica y todo el tiempo recibimos
recetas mal escritas. No se pueden leer bien y generan la duda ante el paciente
de si darle o no el medicamento. Hay un montón de recetas que están
pre-impresas, como las de PAMI, y en algunos países de Europa son obligatorias,
también en Brasil. Está bueno concientizar a la gente y que no se la agarren
con la persona que está detrás del mostrador porque a veces no se entiende lo
escrito", dijo la impulsora de la iniciativa, en una nota publicada por el
portal Infobae.
"La letra es lo más grave, porque si uno se equivoca se
le da al paciente algo distinto y puede ser grave", aseguró Guzmán y
añadió que otro caso habitual es encontrar errores en los datos que exigen las
obras sociales —no todas piden lo mismo—o cambian en el tipo de tinta. Todos
los datos de la receta deben estar escritos con la misma lapicera o birome.
"Ello si bien retrasa al paciente no implicaría problemas para la salud,
excepto el hecho de no poder comprar el medicamento y que ello implique la
suspensión del medicamento", añadió.
En el sistema que propone la farmacéutica las recetas se
imprimirían en computadora mediante un software que comunica con el vademécum y
con los datos de la obra social del paciente. “Si el médico escribiera la receta
con el debido cuidado, si se tomará el tiempo para hacerlo, se evitarían varios
errores”, agregó.
Uno de los problemas detectados en las recetas tienen que
ver con, por ejemplo, hay muchos médicos extranjeros, sobre todo en las
guardias, que indican medicamentos que acá no existen en el país. O médicos
argentinos que piden 20 comprimidos cuando vienen de 10 ó 30 o difiere en la
cantidad de miligramos. Apelando a la buena voluntad, los farmacéuticos pueden
llegar a saber qué droga fue recetada preguntándole al paciente qué tiene o por
qué síntomas fue a la consulta. Con el entrenamiento adecuado y los
conocimientos de la profesión pueden adivinar de qué se trata, pero "no
pueden medicar porque está prohibido; sólo dispensar lo que el médico receta".
En tanto, Rubén Sajem, presidente del Colegio de
Farmacéuticos de la Ciudad, opinó que, "en cuanto a la caligrafía, es
sabido que ha ocasionado muchos trastornos y problemas porque a veces se le da
al paciente una medicación equivocada; es muy común el problema". "Se
debe intentar una caligrafía entendible. Si el médico escribiera la receta con
el debido cuidado, si se tomara el tiempo para hacerlo, se evitarían varios
errores; si escribiera bien el genérico (mencionar el medicamento con el nombre
científico y no por la marca del laboratorio), se evitarían problemas, porque
cuando se receta marcas se presta a confusión porque hay marcas parecidas, pero
distintas y puede haber contraindicaciones".
Además, agregó que "la receta electrónica puede llegar
directo a una historia clínica, pero se podrían buscar los mecanismos legales,
incluso hay proyectos parlamentarios para que se la imprima, pero respetando
que no sea una receta automatizada sino que se respete el genérico… Si se
pudiera conseguir eso o una receta impresa por algún método se evitarían muchos
casos de mala dispensación por no entender la grafía del médico. Aunque habría
que contextualizar la ley a la época actual, que no sea algo automatizado. Lo
que se debería buscar es que el médico tenga criterio racional".
Fuente: Mirada Profesional
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