Estudio de la Fundación Interamericana del Corazón. Consumen más azúcares y harinas, pocos vegetales y hacen
menos actividad física.
Los adolescentes de los sectores más pobres de la Argentina
tienen un 31% más de chances de sufrir sobrepeso y obesidad en comparación con
los chicos de igual edad de los sectores más ricos. Lo reveló un estudio hecho
por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), con financiamiento de Unicef
Argentina, y puso en alerta la mala calidad de los alimentos que reciben los
adolescentes más pobres: consumen más productos con azúcar agregada, más
grasas, y harinas, más bebidas azucaradas, como gaseosas y jugos, y tienen
menos oportunidades de acceso a frutas y verduras y a la práctica de actividad
física regular.
El estudio consistió en un análisis secundario de la
encuesta de salud escolar que había realizado el Ministerio de Salud de la
Nación en dos oportunidades (en 2007 y 2012). La encuesta es impulsada en todo
el mundo por la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control
y la Prevención de Enfermedades, y sirve para monitorear el avance de la epidemia
de la obesidad infantil.
A través de la encuesta ya se había advertido que el
sobrepeso afectaba al 28% de los adolescentes en 2012 (en 2007 sólo al 18%). Y
la obesidad también creció al afectar al 6,1% de los adolescentes (en 2012,
sólo 3,2% era obeso). Lo que sumó ahora el estudio de FIC (que incluyó a 28.368
personas de 11 a 17 años) es que se analizó cómo aumenta la posibilidad de ser
gordo en la adolescencia cuando la familia es pobre.
“El nuevo trabajo pone en evidencia que los más pobres no
sólo están en mayor riesgo de desnutrición, sino también de sufrir sobrepeso y
obesidad, que son trastornos que pueden comprometer su salud cuando sean
adultos en el futuro. Significa que están a su vez en mayor riesgo de padecer
tempranamente diabetes tipo 2, hipertensión, y enfermedades cardiovasculares
cuando sean adultos”, dijo a Clarín el pediatra Fernando Zingman, especialista
en salud de Unicef Argentina. Además, el trabajo demostró que los varones
tienen el doble de sobrepeso (97%) que las mujeres, y que los menores de 13
años tienen un 51% más de probabilidad de tener sobrepeso que los adolescentes
con 14 años o más. Se observó que los adolescentes con sobrepeso tienen un 25%
más de probabilidad de fumar que los que no tienen kilos en exceso y un 26% más
de chances de tomar alcohol.
A todo eso, “se le suma otra barrera para desarrollarse
socialmente: los chicos con sobrepeso tienen más probabilidad de sufrir
intimidación o “bullying” de parte de sus pares. Esta situación se observa más
en la mujeres con sobrepeso que en los varones”, advirtió Verónica Schoj,
médica y directora ejecutiva de FIC. Los datos del problema de la obesidad son
preocupantes, y se suma a que sólo el 26% de los adolescentes tiene tres o más
veces clases semanales de educación física en la escuela. “Se necesitan de manera urgente políticas
públicas contra la obesidad infantil –señaló Schoj–, que los productos no
saludables tengan impuestos para que no sean accesibles, que haya rotulados más
claros, que se restrinja el marketing de productos no saludables para los
chicos, que haya más bebederos en las escuelas, que el precio de frutas y
verduras sea más bajo, y que haya más oportunidades para que hagan más
actividad física”.
Fuente: Clarín
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