Investigadores de EE.UU. conectaron dos personas en
habitaciones aisladas; una ordenó mover el dedo de la otra con el pensamiento.
Una interfaz entre dos computadoras permitió comunicar a
través de Internet a dos cerebros humanos por primera vez, haciendo que una
persona pudiese controlar un movimiento de otra, en una investigación efectuada
por científicos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos.
¿El resultado? El dedo de Stocco se movió sobre un teclado.
En el experimento se utilizaron grabaciones eléctricas del cerebro y una forma
de estimulación magnética.
"Fue emocionante y espeluznante a la vez ver cómo una
acción imaginaria de mi cerebro se traducía en acción real a través de otro
cerebro. Era básicamente un flujo unidireccional de información de mi cerebro
al suyo. El siguiente paso será tener una conversación bidireccional directa
entre los dos cerebros", dijo Rao.
Estudios anteriores hicieron avances en este campo y
llevaron a cabo experimentos parecidos entre animales. La Escuela de Medicina
de la Universidad de Harvard consiguió el pasado mes de abril conectar un
cerebro humano al de una rata, lo que resultó en el control de los movimientos
del animal. La rata movió la cola a voluntad del participante humano.
EXPERIMENTO EXITOSO
Rajesh Rao, profesor de ciencias de la computación e
ingeniería, trabaja en interfaces cerebro-ordenador en su laboratorio desde
hace más de diez años. En su ambición por demostrar el concepto de comunicar
cerebro con cerebro entre humanos, se asoció con Andrea Stocco, profesor
asistente de investigación en psicología.
Desde un laboratorio, Rao estaba sentado vistiendo una gorra
sobre la cabeza que contenía electrodos conectados a una máquina de
electroencefalografía, que lee la actividad eléctrica en el cerebro.
Stocco, también sentado, se encontraba en su laboratorio al
otro lado campus y llevaba un gorro de baño púrpura, que tenía una marca en el
lugar donde debía situarse la "bobina de estimulación magnética
transcraneal", que se coloca directamente sobre parte izquierda de la
corteza motora, la cual controla el movimiento de la mano.
Durante el ejercicio, Rao debía mirar una pantalla de
ordenador y jugar a un simple videojuego con su mente. El juego consistía en
disparar un cañón contra un objetivo, así que pensó en mover su mano derecha
(con cuidado de no hacerlo en realidad), como si estuviera presionando el botón
de "fuego".
Casi instantáneamente, cuentan los investigadores en el
comunicado, Stocco -que llevaba auriculares para evitar el ruido y no podía ver
la pantalla de ordenador- involuntariamente movió su dedo índice para presionar
la barra espaciadora del teclado que había frente a él.
Stocco explicó que el movimiento involuntario de la mano se
parecía al de un tic nervioso. Las tecnologías utilizadas por los
investigadores para el registro y la estimulación del cerebro son ampliamente
conocidas.
La electroencefalografía es utilizada de forma rutinaria por
los médicos e investigadores para registrar la actividad cerebral no invasiva
en el cuero cabelludo. Asimismo, la estimulación magnética transcraneal es una
forma no invasiva de estimular el cerebro para provocar una respuesta.
Su efecto depende de donde se coloca la bobina. En este
caso, se dispuso directamente sobre la región del cerebro que controla la mano
derecha de una persona. Mediante la activación de estas neuronas, la
estimulación convenció al cerebro de que tenía que mover la mano derecha,
explican los científicos.
Un grupo de estudiantes de ciencia e ingeniería informática
escribió el código informático para el proyecto y tradujo las señales del
cerebro de Rao en un comando para el cerebro de Stocco. Los aparatos estuvieron
conectados a través de Internet, por donde viajaron las señales. "Internet
era una manera de conectar las computadoras, y ahora puede ser una manera de
conectar el cerebro", dijo Stocco.
El equipo estuvo conectado en todo momento a través de
videoconferencia, para que los dos laboratorios pudieran coordinarse. Ni Rao ni
Stocco podían verse en las pantallas, pero cada vez que Stocco movía el dedo,
un grito de alegría se escuchaba en el otro laboratorio al confirmar que,
efectivamente, el experimento estaba funcionando.
"CIENCIA FICCIÓN"
Andrea Stocco bromeó con que el resultado del experimento se
asemejaba a la "fusión mental", mediante la que los humanoides de
Star Trek intercambiaban pensamientos por telepatía.
Pero Rajesh Rao advirtió que, aunque el descubrimiento tiene
una amplia gama de posibilidades, por ahora sólo se trata de poder canalizar
simples señales cerebrales, no pensamientos reales. Y aclaró que este
descubrimiento no le daría a nadie la capacidad de controlar acciones de otro
en contra de su voluntad.
"Creo que algunas personas se pueden poner nerviosas
porque sobrestiman la tecnología", dijo Chantel Prat, profesora asistente
de psicología en la Universidad de Washington. "No es posible que la tecnología
de que disponemos en la actualidad se pueda aplicar a un individuo sin su
participación voluntaria", añadió.
Los investigadores dieron algunos ejemplos de la utilidad de
esta tecnología, en caso de poder desarrollarse en el futuro.
Uno de los casos, propusieron, es que alguien desde la
tierra pueda ayudar a un asistente de vuelo a los viajeros en un avión si el
piloto queda incapacitado. O que una persona con discapacidad pueda comunicar
su deseo, por ejemplo, por la comida o el agua.
"Las señales del cerebro de una persona a otra
funcionarían incluso si no hablan el mismo idioma", apuntaron.
Fuente: Diario La Nación
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