A propósito de la decisión de Jorge Lanata de operarse para
recibir un riñón, PERFIL consultó a expertos para desterrar falsas creencias
sobre la asignación de órganos.
Esta semana, trascendió que el periodista Jorge Lanata
necesita un trasplante renal y habría ingresado a la lista de espera del
Incucai. Además, se conoció que el conductor también estaría analizando la
posibilidad de recibir un riñón de un donante vivo: un familiar o amigo (de
hecho, su productor, Marcelo González, se realizó exámenes para saber si es
compatible).
Cada vez que se difunde el caso de un famoso –pasó con
Sandro en 2008– las preguntas acerca de cómo funciona el sistema de trasplantes
de órganos en Argentina vuelven a surgir. Es que aunque se trata de uno de los
avances científico más significativos de la medicina y ha permitido salvar
millones de vidas en todo el mundo, aún persisten falsas creencias acerca del
trasplante de órganos. La más común: que los famosos y los casos que se
mediatizan tienen más chances de ser trasplantados, cuando en realidad todas
las personas que están en lista de espera tienen las mismas posibilidades de
recibir un órgano.
Para aclarar las dudas sobre cómo se determina quién se
trasplanta, PERFIL entrevistó a Roxana Fontana, coordinadora del Departamento
de Comunicación del Incucai. “Existe una única lista de espera para todo el
país y está clasificada por la necesidad de órganos o tejidos de los pacientes
que requieren un trasplante. En esa lista los inscribe el médico tratante y el
equipo de trasplante, que son quienes luego van a realizar la intervención
quirúrgica. En principio, todos los pacientes que entran en la lista de espera
están en igualdad de condiciones. Luego, de acuerdo al estado de salud de cada
uno, se determinan prioridades, lo que conocemos como las emergencias o
urgencias”.
—¿Cómo se determina que un paciente esté primero en la lista
de emergencia?
—Con criterios preestablecidos por resoluciones específicas
para cada órgano, que son públicos y que establecen cuáles son las condiciones
de salud que el paciente debe tener para encontrarse en este momento en
emergencia. Eso es para que pueda haber equidad en la distribución de órganos.
Es importante aclarar que no existe un orden preestablecido dentro de la lista.
Cada vez que hay un donante, la lista se vuelve a ordenar de acuerdo a la
compatibilidad entre los receptores y el donante. Eso lo hace un sistema
informático que se llama Sintra.
—¿En qué casos se permite realizar un trasplante con donante
vivo?
—La posibilidad de donante vivo se refiere al caso de
trasplante renal o hepático. De acuerdo a la ley, sólo se puede realizar entre
familiares consanguíneos o por afinidad, que sería el cónyuge o hijos
adoptivos. En el caso de una relación por afinidad que no esté contemplada por
la ley, se puede hacer un pedido especial en el cual interviene un juez para
comprobar que en esa donación no media ningún otro interés que la relación
afectiva.
—¿Por qué el Incucai pide no difundir casos particulares?
—Porque no genera más donaciones ni una mayor
concientización, sino más angustia en los pacientes que esperan por un
trasplante y sensación de inequidad en la población. Hemos hecho estudios
relacionados al tema y observamos que muchas personas creen que cuando un caso
sale en la TV accede al trasplante cuando la difusión no tiene consecuencias
directas sobre la lista de espera ni acelera la obtención de un órgano. Esto
atenta contra el espíritu de la donación, que debe ser anónima, voluntaria,
altruista y desinteresada.
Fuente: Diario Perfil
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