Un trabajo realizado sobre los
efluentes del centro asistencial determinó la presencia de restos de fármacos,
lo que podría generar un problema ambiental. Los hospitales tiene prohibido
tirar los medicamentos a la red de cloacas, por lo que estos restos habrían
llegado por la orina de pacientes. Pese a esto, aseguran que no hay riesgo de
contaminación del agua potable.
Por normas internacionales y nacionales, los hospitales no
pueden desechar medicamentos a la red cloacal, ya que muchas drogas que los
componen son de muy difícil biodegradación. Esto no suele cumplirse, y en
muchos países existen graves problemas ambientales por este tema, en especial
por los daños que hacen a peces y ríos. En nuestro país, hasta el momento no
existe un estudio que determine el grado de presencia de estos tratamientos en
el agua. Un reciente trabajo realizado en Capital Federal puede dar un indicio
de la situación local. Es que el análisis de los desechos del hospital de
Clínicas, uno de los más grandes del país, detectó que los afluentes llevan
rastros de muchas drogas, que derivan al sistema cloacal. El informe afirma que
este problema no llega a la red de agua potable.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires
(UBA) realizó los estudios en la red de efluentes del hospital de Clínicas,
para determinar la presencia de medicamentos en la red cloacal. Según los
resultados, publicados en la revista Acta Toxicológica Argentina, 29 de 53
muestras resultaron tóxicas en un modelo de laboratorio, en especial restos de
distintos fármacos, lo que constituye un riesgo potencial para los ecosistemas
y la salud humana.
“El problema son las excretas de los pacientes internados,
ya que muchos fármacos no son totalmente metabolizados por el organismo y se
liberan al ambiente a través de la orina”, indicó a la agencia CyTA Anahí
Magdaleno, docente e investigadora de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de
la UBA y una de las autora del estudio. Las normas establecen que está
totalmente prohibida la eliminación de medicamentos a través de la red cloacal,
pero al parecer no alcanza para evitar que esos restos lleguen a la red.
Para determinar el nivel de toxicidad de las muestras, los
científicos emplearon dos algas verdes, la Pseudokirchneriella subcapitata y la
Chlorella vulgaris, que se utilizan internacionalmente como organismos estándar
en condiciones de laboratorio para evaluar muestras ambientales o sustancias
puras. “Lo que se suele medir es el crecimiento de las algas unicelulares o los
niveles de clorofila a las 96 horas y se compara con un control. El grado de
inhibición de su desarrollo refleja el nivel de toxicidad de los residuos”,
puntualizó la investigadora.
Los efluentes del hospital de Clínicas son dirigidos a la
red colectora cloacal donde se mezclan con muchos otros elementos, con lo
cual la medición realizada a la salida del hospital es muy diferente a la que
finalmente llega al Río de la Plata, después de ser depurados en una planta de
Berazategui.
Pese a los resultados negativos, los científicos aclararon
que el hallazgo no cuestiona la seguridad del agua que, una vez tratada,
circula por la red para consumo humano en la Ciudad de Buenos Aires. En este
sentido, Magdaleno aclaró que el tratamiento del agua del Río de la Plata que
realiza AySA es muy eficiente y “no deberíamos preocuparnos por la calidad del
agua para consumo humano”.
El trabajo se realizó sobre efluentes del Hospital de
Clínicas de la UBA, aunque los expertos consideran que los resultados podrían
ser similares en otros centros médicos de esa envergadura.
Estudios internacionales sugieren que algunos fármacos son
muy difíciles de biodegradar y pueden detectarse en efluentes aún después del
tratamiento. Los efectos de estos residuos sobre el ecosistema o la salud
humana se ignoran, aunque los científicos sospechan que podrían –por ejemplo-
favorecer la aparición de cepas bacterianas resistentes.
En tanto, el problema de la presencia de restos de
medicamentos en los ríos y lagos de Europa preocupa a los especialistas, que
afirman que en todo el continente existen muchos fotos de contaminación muy
importantes. De momento no se conocen métodos eficaces para eliminar los restos
de ciertos medicamentos de las aguas residuales. Mientras tanto, los
científicos recomiendan no tirar medicamentos caducados por el retrete y
recetar fármacos más ecológicos, en los casos en los que exista este tipo de
alternativa. Es fundamental también realizar más estudios que identifiquen los
efectos de los diferentes productos sobre los ecosistemas a los que llegan.
En tanto, en Estados Unidos peces atrapados cerca de las
plantas de tratamiento de aguas residuales de cinco ciudades tenían residuos de
fármacos, incluyendo medicinas para el tratamiento del colesterol alto,
alergias, presión sanguinea alta, desorden bipolar y depresión, informaron el
miércoles los investigadores. Los resultados de este primer estudio nacional de
medicamentos para seres humanos hallados en los tejidos de peces llevaron a la
Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) a realizar
investigaciones similares a más de 150 sitios diferentes.
Fuente: Mirada Profesional Farmacéutica
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