Especialistas y pacientes aseguran
que existe “mala atención” en estas entidades para personas con esta enfermedad
poco frecuente, lo que atentan contra su calidad de vida.
El desconocimiento, la burocracia y la mala atención de algunas
obras sociales o prepagas dificultan la calidad de vida de los pacientes con
Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), afirmó Roberto Miranda, afectado por esa
patología degenerativa y poco frecuente que compromete principalmente el
sistema motor voluntario.
"Desconocen la ley de discapacidad y como no entienden
la enfermedad, no saben tratarnos ni contenernos", afirmó Miranda.
"Hay mucha burocracia, empresas tercerizadas, te hacen
dar mil vueltas para autorizar órdenes. Con Galeno tenemos una lucha para todo:
se demoran en las entregas de medicamentos, no me daban los insumos, tardé más
de dos meses en tener una férula que necesitaba. Y cuando al fin me la mandaron
estaba mal hecha y tuve que volver a esperar, y el tiempo para nosotros es
importante", señaló el hombre, afiliado a esa prepaga desde hace más de
diez años.
Mariela Bettini, neuróloga del hospital Italiano de Buenos
Aires y miembro de la Comisión Médica de la Asociación ELA Argentina, explicó
que "la ELA es una enfermedad degenerativa que compromete principalmente
el sistema motor voluntario, afectando a la neurona motora que conecta el
sistema nervioso central con los músculos que realizan los movimientos. En un
porcentaje importante de pacientes también afecta funciones cognitivas y conductuales
por alteración de sistemas no motores".
El origen de la enfermedad no está dilucidado aún: "Se
conocen muchos de los mecanismos involucrados en la muerte de las neuronas
motoras y su afectación, pero no se sabe cuál es principio de la
enfermedad", detalló la especialista.
"Se conocen muchos de los mecanismos involucrados en la
muerte de las neuronas motoras y su afectación, pero no se sabe cuál es
principio de la enfermedad" agregó.
Miranda trabajaba hasta hace unos meses en el área técnica del canal
televisivo Telefe y era deportista: "Llevaba una vida sana, nadaba 20
kilómetros en aguas abiertas. En enero del año pasado, después de un viaje
laboral, empecé a sentir que no tenía fuerza en un brazo, pero pensé que era
cansancio muscular".
"Después de un tiempo volví a mis entrenamientos y noté
que mi rendimiento había bajado. Fui al médico y me dijeron que era tendinitis,
en varios centros quisieron infiltrarme y hasta operarme, pero no quise porque
no me parecía lógico, uno conoce su cuerpo", contó.
Roberto remarcó que estuvo seis meses "dando
vueltas" hasta que finalmente dieron con el diagnóstico correcto y que,
como "no se sabe nada de la enfermedad, no sólo te hacen perder tiempo,
sino que te mandan -por ejemplo- a hacer rehabilitación motriz, lo que en mi
caso significaba un retroceso".
"Fui perdiendo la fuerza muy rápido, durante los
primeros tres meses fui en caída libre. Cuando me dieron el diagnóstico ya
tenía una pierna y un brazo muy débiles y me costaba caminar, y para diciembre
ya había perdido toda movilidad y estaba en silla de ruedas", recordó.
Uno de los problemas más graves que tuvo con Galeno fue la
falta de personal especializado: "Me lastimaron en los traslados varias
veces por no saber cómo moverme. Desconocen la ley de discapacidad y no saben
tratar al paciente correctamente, no tienen conocimiento ni entienden la
enfermedad, no nos contienen".
"Gracias a mis amigos y a la gente de Telefe, que me
apoyó incondicionalmente, conseguí enfermera las 24 horas y me contacté con la
Asociación ELA Argentina, donde me asesoraron. A veces flaqueo y tengo mis
momentos de angustia y bronca, pero pienso que la vida te pone estas trabas por
algo; si Stephen Hawking lo sobrelleva hace 30 años, también puedo
sobrellevarlo yo", bromeó Roberto, quien nunca perdió el sentido del
humor.
Valeria Herrera, amiga de Roberto, enfatizó que "de
acuerdo a la ley de discapacidad, la prepaga debería cubrir todo. No sabemos si
la gente que atiende en Galeno desconoce eso o tiene orden de
desconocerlo".
"Empecé a encargarme de los trámites para ayudar a
Rober porque no podía hacer todo solo, y lamentablemente tuvimos mil problemas.
Son muy burocráticos y se toman tiempos demasiado extensos para todo mientras
la enfermedad avanza", denunció.
La mujer subrayó con indignación que "no les importa el
paciente" y que "siempre que pueden evitar poner dinero, lo
evitan".
"Por suerte, Roberto tiene gente que lo quiere y lo
cuida, y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que tenga la
mejor calidad de vida posible. Pero nos da mucha bronca que después de tantos
años de aportar y no usar la prepaga ni para comprar un remedio, una vez que
necesitamos algo que está contemplado por ley tengamos una lucha constante
mientras Galeno sigue facturando", remarcó.
Según explicó Bettini, "la ELA no tiene cura
actualmente, lo que no significa que no haya tratamientos. La única droga
aprobada hasta el momento es el riluzole, que demostró enlentecer moderadamente
el curso de la enfermedad. Además, es de gran importancia el control médico
periódico y el tratamiento sintomático, destinado a optimizar la calidad de
vida de los pacientes", destacó.
Como es una patología poco frecuente o "rara",
muchos médicos desconocen sus síntomas iniciales y la confunden con otras, lo
que retrasa el diagnóstico y hace que el paciente llegue al médico con un
estado de enfermedad avanzado.
"Es sumamente importante el diagnóstico precoz para
evitar complicaciones y contribuir a la calidad de vida de los pacientes",
enfatizó Bettini.
Fuente: Mirada Profesional
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios con contenido inapropiado no serán publicados. Si lo que Usted quiere es realizar una consulta, le pedimos por favor lo haga a través del link de Contacto que aparece en este blog. Muchas gracias