jueves, 3 de noviembre de 2016

Tendencia: más mujeres aceptan su cuerpo tras luchar contra el cáncer de mama

El “go flat”, una tendencia mundial. La mitad de las argentinas rechaza la reconstrucción mamaria, pese a que los médicos la aconsejan. 

Elección. “Me sometí a 5 operaciones y no me hice la reconstrucción. Una entra tantas veces al quirófano que ya no quiere entrar si no es por necesidad”, dice Silvina Romera. FOTO MARTIN BONETTOEl cáncer de mama las obligó a “achatarse”, a perder una parte importante de sus cuerpos. Pero ellas deciden quedarse así. Sin saberlo, muchas son parte del movimiento go flat, que describe al creciente número de mujeres que, tras someterse a una mastectomía, se niegan a colocarse implantes. “Mientras que los cirujanos plásticos y oncólogos promueven la reconstrucción mamaria como una manera de ‘volver a sentirse completas’, algunos médicos dicen que empezaron a ver una resistencia a la cirugía”, señala un artículo de The New York Times que describe el fenómeno.

Deciden quedarse “planas” y tienen sus motivos. “Me sometí a cinco operaciones en las mamas y no me hice la reconstrucción. Una entra tantas veces al quirófano que ya no quiere entrar si no es por necesidad”, asegura la diseñadora de indumentaria y decoradora de interiores Silvina Romera, a quien en 2009 le detectaron cáncer de mama con metástasis en los ganglios. Y agrega: “Yo tengo cinco cuadrantectomías, tres en una mama y dos en la otra. Es distinto a la mastectomía, pero lo que queda es más o menos lo mismo”, detalla Romera. Día a día, Silvina debe enfrentarse al espejo. “Es traumático: cuesta mucho amigarse con el cuerpo. Hice muchos años de terapia y es difícil. En este momento estoy con quimioterapia fuerte y perdí todo el pelo”, comenta esta luchadora, de 53 años, que está casada y tiene tres hijos.

En la Argentina no hay estadísticas sobre la cantidad de mujeres que eligen o no hacerse la reconstrucción de las mamas. “Podría decirse que es un 50-50”, explica a Clarín Isabel Geirage, directora ejecutiva del Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (MACMA). “En los grupos que organizamos se habla del tema. Las que lo hicieron impulsan a las otras y les cuentan el camino que transitaron. Pero también está el respeto hacia las que deciden no hacerlo. Es una decisión que toman muy conscientes”, cuenta.

Existen dos tipos de reconstrucciones. La “inmediata”, que se realiza en el momento de la resección oncológica, y la “diferida”, que se hace tiempo después de la mastectomía. Depende de cada caso y cada paciente. En la Argentina, en 2013, se sancionó la Ley 26.872 que incluye a esta cirugía en el Plan Médico Obligatorio: las obras sociales y prepagas deben cubrirlas.

La reconstrucción, no obstante, tiene sus partidarios. Desde el Hospital Italiano se sumaron al Bra Day Internacional, una celebración que se originó en Canadá para difundir información sobre esta cirugía. “Hay estudios científicos que demuestran que la reconstrucción trae beneficios psicológicos e inmunológicos”, dice a Clarín Horacio Mayer, subjefe del Servicio de Cirugía Plástica. De todas las mastectomías que se hacen en este hospital, entre un 20 y un 30% se reconstruyen. En el resto se conserva parte de la glándula y no se requiere una reconstrucción. “Esto no refleja la realidad del país. Puede haber centros de ciudades pequeñas donde por ahí se reconstruyen menos del 10% o del 5%”, comenta Mayer.

“La paciente puede decidir. Pero lo importante es que esté informada sobre sus derechos y posibilidades”, destaca Mayer. En su opinión, el principal motivo por el que muchas se niegan es la desinformación. “El gran temor es que la reconstrucción pueda ocultar una recidiva de la enfermedad. Es una creencia antigua y son temores infundados”, asegura. También describe que “el diagnóstico del cáncer mamario es devastador y muchas mujeres no pueden pensar en otra cosa, no quieren saber nada con una reconstrucción”. Y remata: “La gran mayoría se arrepiente y vuelve porque cuando pasa la tormenta no pueden mirarse al espejo”.

Testimonio

"Yo soy esta, con mis heridas" Sofía Garavaglia (39)

"Se convirtió en una decisión personal", dice Sofía Garavaglia (39), que se negó a hacerse una reconstrucción mamaria. Ella es trabajadora social, está casada, y tiene dos hijos y una hijastra. En 2011 sintió un bulto en una mama y comprobaron que era un cáncer. Le extirparon ese pecho y aprendió a convivir con eso. "En ese momento yo les decía 'sacame todo'. No tenía conflicto con la cuestión estética", sostiene.

Reconoce que en algún momento lo evaluó, pero todo cambió cuando el fotógrafo Néstor Díaz la retrató con el torso desnudo, como parte de la serie "Viví. Mujeres con presente" que hizo sobre mujeres con cáncer de mama. La imagen ganó un premio y fue exhibida en la National Portrait Gallery de Londres. "Esa experiencia me ayudó a transitar la idea", explica Sofía.

"Yo soy esta, con mis heridas. Me siento cómoda con mi cuerpo y necesito transitar la aceptación", asegura quien continúa en tratamiento, ya que hizo metástasis en los huesos y el hígado. Para mejorar su imagen y "hacer contrapeso" usa un corpiño con una prótesis externa. Pero enfatiza que lo toma con naturalidad y, sobre todo, con fortaleza: "Cuando me miro recuerdo todo lo que pasé. Me ayuda a transitar el camino de la superación".

Fuente: Clarín

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