Si quedaban dudas del protagonismo que el mal de Chagas
tiene en el escenario epidemiológico local, un reciente boletín de la
Organización Mundial de la Salud (http://www.who.int/wer) las despeja: según
este trabajo, la Argentina ocuparía el primer puesto en América por el número
de infectados con el Trypanosoma cruzi, el parásito que causa la enfermedad.
Con 1.505.235 personas afectadas, precedería a Brasil y a
México, dos países con poblaciones considerablemente mayores, pero que tienen
1.156.821 y 876.458, respectivamente. Los seguiría Bolivia (el país con más
alta prevalencia del mundo), con 607.186, y Colombia, con el 45,7% de las
personas infectadas de la zona andina.
"Estos registros de la OMS suscitan muchos
cuestionamientos porque suelen estar bastante carentes de evidencia que los
apoye, no sólo en la Argentina, sino en todos los países -dice el doctor
Ricardo Gürtler, investigador del Conicet y director del Laboratorio de
Eco-Epidemiología de Exactas-UBA-. Es un problema general. Pero en nuestro caso
se puede pensar que están anclados en números históricamente sólidos, porque
entre 1981 y 1993, cuando se examinó a 1.900.000 conscriptos para detectar a
los infectados, se calculó que podría haber unos 2.400.000."
Para Gürtler, estas cifras son un toque de atención que
merece un análisis detallado. Es más, según su visión, en realidad se trataría
de una subestimación y los afectados por el parásito serían aún más.
"Me puse a analizar este estudio porque el número de
chagásicos que aparecen en estas estadísticas está bajando demasiado
precipitadamente -afirma el científico-. Tanto, que parece que se están yendo a
otro planeta. No hay nada que justifique los números de la OMS. Para mí, falta
detección."
Transmitido por la vinchuca, el mal de Chagas es una
parasitosis hoy difundida en todo el mundo: hay casos registrados en los
Estados Unidos, en Europa y hasta en Canadá. En la Argentina se extiende desde
Jujuy a Tierra del Fuego.
"Es una enfermedad que hasta hace poco estaba confinada
en el continente americano y ahora no tiene fronteras -subraya la doctora
Carolina Batista, directora médica de la Iniciativa de Drogas para Enfermedades
Olvidadas (DNDi, por sus siglas en inglés), que estuvo en el país para
coordinar acciones con sus socios locales-. Hay Chagas en Japón, en Australia,
en Italia, en Suiza... No sólo por las personas migrantes, sino que también se
producen casos autóctonos. Hay vinchucas en toda la región de Texas, Arizona,
Nueva Orleáns. Por ejemplo, en la catástrofe del Katrina, la vinchuca, que
tenía un comportamiento silvestre y se alimentaba prioritariamente de animales,
empezó a colonizar casas y comenzaron a aparecer casos."
Sin embargo, su detección es complicada. La infección tiene
una etapa aguda, frecuentemente asintomática o difícil de diagnosticar porque
presenta síntomas poco específicos, desde fiebre, malestar, aumento de los
ganglios, el bazo y el hígado hasta miocarditis o meningoencefalitis. Este
cuadro cede espontáneamente en cuatro a seis semanas, pero sin tratamiento un
tercio de los pacientes desarrolla problemas cardíacos graves.
Según explica Batista, sólo en Brasil el Chagas deja más de
1300 millones de dólares de pérdidas anuales por incapacidad laboral y muerte
repentina en personas aparentemente sanas. En el país, estas cifras representan
alrededor de 1800 millones de dólares anuales en costos para la salud pública y
una pérdida anual de productividad de 1500 millones de dólares.
Para Silvia Gold, doctora en bioquímica de la UBA y
directora de la Fundación Mundo Sano, que junto con el Ministerio de Salud de
la Nación impulsó la producción local del benznidazol, el principal medicamento
contra el Chagas, si bien el problema persiste, hay motivos para dar un mensaje
positivo.
"Los números que se comunican tienen muy poco respaldo
-explica-. Se manejan «millones» con una ligereza tremenda y sin ninguna
certeza. Hoy, la Argentina está a la cabeza en número de pacientes tratados.
Está lejos de lo ideal, pero se hicieron bien los deberes, hay medicación y hay
prueba diagnóstica, que es un análisis de sangre."
El tratamiento contra el Trypanosoma cruzi es gratuito y
dura 60 días. Según datos del Ministerio de Salud, el mayor conocimiento sobre
la enfermedad llevó a una demanda creciente por parte de los médicos y la
población. "Mientras en 2011 la cartera sanitaria nacional entregó 3206
frascos de benznidazol, en 2013 el número ascendió a 8761, un aumento de
173%", afirma una comunicación oficial.
"Es cierto que aumentó el número de personas tratadas
-coincide Gürtler-. Lo que nadie sabe es cuál es la proporción de no tratados y
no detectados. Para que el tratamiento llegue al millón y medio de chagásicos
que podría haber hay que movilizar el sistema de salud pública. "
Gold, por su parte, invita a ver la luz al final del túnel:
"Ya superamos varias barreras. Sabemos que hay que tratar a todos los
infectados para evitar la progresión de la enfermedad. Disponemos del
medicamento. Ésta es una enfermedad que tienen que identificar los médicos de
atención primaria. Hay que pensar en el Chagas, y no sólo en las áreas rurales,
sino también en los centros urbanos".
Puesta al día del escensario epidemiológico
21
países latinoamericanos
El estudio se basó en información reunida hasta 2010
5.742.167
personas
De acuerdo con las estimaciones, éste es el número de
infectados con el Tripanosoma cruzi, el parásito que causa el Chagas
3
naciones
Brasil, México y la Argentina son los que tienen mayor
número de infectados.
Fuente: La Nación
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