La obra social estatal ya
atiende a unos 30 pacientes, que reciben el aceite de Charlotte importada.
Antes de Fin de año, el laboratorio estatal LIF producirá su propio producto,
que distribuirá de manera local y al Ministerio de Salud nacional.
En muchos aspectos, la política sanitaria de Santa Fe es
pionera en el país. Fue una de las primeras en apostar a la producción pública
de medicamentos, por ejemplo, y hoy sus dos plantas estatales son puntales de
la actividad. Además, generó instancias inéditas en el país, como la cátedra
sobre abortos en la Universidad Nacional de Rosario. En materia de cannabis
medicinal, mantienen este trabajo de vanguardia, y fue una de las primeras
provincias en adherir a la ley nacional. Por eso, ya atiende a unos 30
pacientes de manera gratuita, a través de la obra social estatal, y se prepara
para producir antes de fin de mes su aceite propia, que entregará de manera
gratuita a nivel local y al Ministerio de Salud nacional.
Por el momento, a poco de haber puesto en marcha su plan de
atención, Santa Fe entrega aceite de cannabis a unas 29 personas. Lo hace a
través del Instituto Autárquico Provincial de Obra Social (IAPOS), que entrega
gratis el fármaco importado desde los Estados Unidos, y es popularmente
conocido como aceite de Charlotte. Cada frasco, que en algunos casos alcanza
sólo para quince días, cuesta unos 5 mil pesos.
Para la directora de la obra social, Soledad Rodríguez, la
producción pública de medicamentos con derivados del cannabis “será importante
para reducir los costos de estos tratamientos y terminar con los engorrosos
trámites de importación que pueden llevar un mes”. Para eso, el Laboratorio
Industrial Farmacéutico local (LIF) ya le pidió a la Administración Nacional de
Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) importar la materia prima
de Uruguay o Canadá para que los profesionales de la facultad de Bioquímica de
la Universidad Nacional de Rosario desarrollan el medicamento.
Si todo sale como está previsto, estimó el LIF, a fin de año
los bioquímicos de la UNR podrían tener listas las primeras muestras de aceite
que deberán ser analizadas por la ANMAT y autorizadas a ingresar al registro de
especialidad medicinal. Recién después se podrá iniciar la producción industrial,
para lo que se deberá construir una nueva planta, ya que la del LIF solo
produce comprimidos, no variedades líquidas.
En marzo pasado, El Congreso nacional aprobó la ley que
posibilita la investigación científica, la formación de profesionales de la
salud y la producción estatal de medicamentos realizados en base a derivados de
la planta. Unos meses antes, en noviembre, la provincia había sancionado su
propia norma que incorpora los medicamentos a base de cannabis en el formulario
terapéutico provincial para el tratamiento de patologías como epilepsias,
cáncer, dolores crónicos, fibromialgia, glaucoma, esclerosis múltiple,
tratamiento del dolor o estrés postraumático.
"Estamos viendo una curva ascendente en el pedido de
estos tratamientos. Entendemos que esto va de la mano con que los médicos se
familiaricen con la medicación y comiencen a indicarla, pero pensamos que después
se va a estabilizar", consideró la directora de la obra social. En todos
los casos se trata de niños, adolescentes y adultos jóvenes con epilepsia
refractaria, ya que la autoridad nacional solo autoriza el ingreso al país del
aceite de cannabis para el tratamiento de esta patología, considerando que
"es la única en la cual los estudios existentes permiten suponer una
utilidad terapéutica real".
Rodríguez señaló que la mayoría de los pedidos recibidos en
la obra social son de afiliados con epilepsia refractaria, "hemos recibido
algunos por otras patologías, pero fueron casos muy aislados", explicó.
Para acceder al tratamiento, el médico debe prescribir y firmar los trámites de
importación del aceite de cannabis. Una vez aprobada por el auditor, la gestión
queda en manos de la obra social.
En la última reunión de la Agencia Nacional de Laboratorios
Públicos (ANLAP) se acordó que unas 22 plantas estatales produzcan estos
tratamientos, para el programa nacional que lanzará el Ministerio de Salud
nacional. "El LIF se mostró como uno de los laboratorios mejor
posicionados para producir aceite", por sus antecedentes de trabajo
conjunto con las universidades nacionales de Rosario y del Litoral y el
CONICET, donde ya se desarrollo la puesta a punto de técnicas analíticas para
la identificación y cuantificación de los principios activos del cannabis.
"Es un primer paso para el desarrollo del producto", apuntó y estimó
que si todo marcha bien "a fin de año podremos tener las primeras muestras
de aceite".
Fuente: Mirada Profesional
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