El instituto, que compra el 40% de los remedios que se
venden en el país, pagará $ 1800 millones al mes, contra $ 2300 millones que
gastaba.
Son días agitados en la industria farmacéutica. En medio de
la negociación con la Secretaría de Comercio por el nuevo programa de precios
cuidados, en las últimas semanas se coló otra negociación, tal vez la más
importante para la industria. Se trata del convenio para la compra de
medicamentos por parte del PAMI, que representa cerca del 40% de las ventas en
todo el país. Aunque la letra chica del convenio todavía está siendo delineada,
según confirmaron a LA NACION, el viernes pasado el instituto que conduce
Carlos Regazzoni finalmente llegó a un acuerdo: pagará unos $ 1800 millones
mensuales hasta fin de año en medicamentos.
Se trata de una cifra casi 28% más baja que la que se venía
pagando mensualmente hasta ahora, pese a que no se modificó la cantidad de
unidades que se estaban comprando en los últimos meses. "Este acuerdo es
un beneficio histórico para los jubilados por ser la primera vez que el PAMI
toma una posición activa en su política de medicamentos", afirmaron
fuentes del instituto a cargo de los servicios sociales para jubilados y
pensionados.
"De esta manera, el PAMI da un paso fundamental para
ordenar su política farmacéutica y hacer sustentable al instituto, luego de los
hechos que fueron denunciados oportunamente a lo largo de este año. Los
afiliados del PAMI tienen garantizados de esta manera todos los medicamentos
que necesiten, con la misma cobertura que el instituto viene prestando hasta
ahora", aclararon.
El ajuste en el presupuesto no sólo es consecuencia de una
dura negociación, según admiten en varios laboratorios, sino que además pone en
evidencia serias irregularidades en la gestión de los fondos durante la
administración anterior. De acuerdo con el informe "El estado del
Estado", que presentó el Gobierno semanas atrás, el manejo de medicamentos
"le costaba al PAMI el equivalente a la construcción de un hospital por
año". Señala, por caso, que se detectaron casos de recetas emitidas a
nombre de personas fallecidas, y describe cómo se usaban números de afiliados
para realizar una cantidad inverosímil de recetas o se falsificaban las firmas
y la identidad de los médicos.
El acuerdo con los laboratorios -que rige para todo el año-
originalmente debía negociarse en marzo pasado. Sin embargo, la nueva
conducción del PAMI le pidió a la industria 90 días de tregua, para poder
asentarse. Desde entonces se viene negociando. Se había puesto como fecha
límite el 11 de este mes, pero recién el viernes pasado se llegó a un acuerdo.
"Se viene negociando formalmente desde marzo e informalmente
desde que asumió Regazzoni, en diciembre pasado", explicó una fuente del
sector privado. "Cuando venía más alineado, pidieron cerrarlo para el 11
de julio, pero hubo muchas idas y venidas", apuntó.
Según admiten en los laboratorios, parte de la demora se
debió a que el PAMI estaba firme en que no quería pasarse del presupuesto
establecido para este año. "Pero también era una negociación difícil,
porque no se puede dar el lujo de que haya desabastecimiento para sus
afiliados", opinó una fuente de un laboratorio internacional, con la
condición de no ser identificado. "El convenio implica descuentos
altísimos", admitió.
Deuda pendiente
Para muchos laboratorios, el PAMI es su cliente más grande.
Y aun para los que tienen un portafolio de remedios de venta libre importante
el convenio con el PAMI es clave, dado que incluye la compra masiva de
medicamentos con receta, que son los que más margen de ganancia dejan a las
empresas.
En las principales cámaras que agrupan a los laboratorios
que operan en el país optaron por no hacer comentarios al ser consultados por
LA NACION. En la industria advierten, sin embargo, que si bien se llegó a un
acuerdo por el convenio marco, todavía falta firmarlo formalmente. En el medio,
la industria especula con resolver otro de los frentes que todavía tiene
pendientes con el PAMI: la deuda de más de $ 1500 millones que el instituto
tiene con los laboratorios, que data desde los primeros años de gestión de la
presidenta Cristina Kirchner.
"El convenio demuestra la intención de la industria de
acompañar al PAMI, para que pueda seguir garantizando el acceso a los
medicamentos. Y también es un respaldo frente a la situación de crisis que vive
el PAMI y un apoyo al proceso encarado por la gestión de Carlos
Regazzoni", afirmaron fuentes de la industria. Sin embargo, deslizaron,
"mientras no se llegue a un acuerdo por la deuda, no va a haber nada
firmado". En tal sentido, mañana volverían a reunirse las partes.
Una vez que la industria firme el convenio, cada cámara
deberá negociar con sus laboratorios afiliados la participación que tendrá cada
uno. Las tres principales cámaras son Cilfa, que representa a los laboratorios
nacionales; Caeme, a los extranjeros, y Cooperala, que reúne a cooperativas y
algunas empresas de capital nacional.
Una negociación que llevó meses
El convenio del PAMI con los laboratorios es, por lejos, el
más importante que tiene la industria. Originalmente debía negociarse en
diciembre, luego se pasó a marzo y recién se cerró el viernes pasado.
Para terminar de firmarlo, no obstante, en la industria
reclaman que el PAMI reconozca una deuda que viene del kirchnerismo.
Fuente: La Nación
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