En las últimas décadas, la operación cesárea se ha
convertido en uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes del mundo.
Responsables del sistema de salud en el ámbito público y
privado participaron de un encuentro en la búsqueda de estrategias que apunten
a reducir las cesáreas innecesarias y abordar los diferentes factores que
influyen en el aumento de estas intervenciones en la Argentina.
Convocados por el Ministerio de Salud de la Nación, se
reunieron responsables de los servicios de obstetricia de los principales
hospitales de todo el país, representantes de las sociedades científicas, universidades,
del Consejo de la Mujer y referentes de Instituciones de Medicina Privada y la
Seguridad Social.
"Necesitamos encontrar soluciones colectivas y
reflexionar acerca de nuestras propias prácticas y qué modelo de atención
estamos sosteniendo", sostuvo la subsecretaria de Medicina Comunitaria,
Maternidad e Infancia, Sabrina Balaña. Asimismo, subrayó: "Tuvimos un
cambio importante que fue la reglamentación del parto humanizado, favoreciendo
el respeto de la decisión de la mujer, su cuerpo y sus tiempos, modificando las
prácticas para que sean lo menos invasivas posible".
Durante la apertura del encuentro que tuvo lugar en la
Confederación Médica de la República Argentina, la funcionaria nacional destacó
"el marco normativo, las herramientas y los recursos actuales" que
forman parte de "un Estado que está presente con políticas que se ocupan
de la salud de la mujer y la familia".
En la Argentina, según la información de Estadísticas
Vitales y del Sistema Informático Perinatal (SIP/SIP Gestión) del Ministerio de
Salud de la Nación, se observa un aumento sostenido en la tasa de nacimientos
por cesárea, tanto en el sector público, donde ronda actualmente el 30 por
ciento, como en el subsector de obras sociales, donde supera el 61 por ciento,
presentando en ambos casos amplias variaciones entre jurisdicciones.
Maureen Birmingham, representante en Argentina de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), comentó que la Región de las
Américas tiene una de las tasas más altas de cesáreas.
"Para revertir el problema tenemos varios desafíos, uno
de los cuales es la falta de información estandarizada y de clasificación
internacional, que nos sirva para vigilar y comparar las tasas de cesárea de
una manera uniforme y así orientar las acciones convenientes", indicó.
Por su parte, Antonio La Scaleia, presidente del Consejo de
Obras y Servicios Sociales Provinciales de la República Argentina (COSSPRA)
hizo hincapié en la necesidad de realizar un cambio cultural que debe
impulsarse desde todos los integrantes del sistema sanitario.
"Este tema no lo podemos analizar sólo en el ámbito de
la medicina, porque esta problemática se ha instalado como normal",
sostuvo.
Un problema con múltiples causas y diversos protagonistas
En las últimas décadas, la operación cesárea el nacimiento de un bebé a
través de una incisión
en el abdomen de la madre se ha convertido en uno de los
procedimientos quirúrgicos más
comunes del mundo desarrollado.
Tal vez sea en la actualidad la operación obstétrica más
frecuente después de la episiotomía, el corte que amplía el tramo final del
canal de parto para facilitar la salida del bebé.
Una investigación del Centro Latinoamericano de
Perinatología (CLAP) estima que una tasa "ideal" de cesáreas en
relación con el número de partos ronda el 15 por ciento para la población en
general.
Las grandes maternidades que reciben frecuentes derivaciones
de embarazos de alto riesgo pueden presentan tasas aceptables que exceden en
mucho dicho porcentaje, ya que atienden situaciones más complejas.
En ese marco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en
su "Declaración sobre tasas de cesárea" de 2015 concluye que las
cesáreas son eficaces para salvar la vida de las madres y los neonatos
solamente cuando son necesarias por motivos médicos, por lo tanto debe hacerse
todo lo posible para realizar cesáreas a todas las mujeres que lo necesiten en
lugar de intentar alcanzar una tasa determinada.
Las razones del aumento son multifactoriales y entre ellas
se cuentan los cambios sociales como el retraso en la maternidad, o a edades
muy tempranas en la adolescencia, la obesidad materna, las gestaciones
multifetales, la baja utilización de parto vaginal después de cesárea previa,
entre otras.
Tal incremento no está exento de problemas, por el
contrario, es el origen de muchos de ellos.
Uno de los más preocupantes es el aumento exponencial de
anomalías de inserción placentaria (acretismo en sus diversos grados) que se
observa actualmente.
Finalmente, cabe mencionar el desafío a que se ven sometidos
los servicios asistenciales, debiendo encarar costosas previsiones para
afrontar situaciones extremas, con alto riesgo materno y perinatal.
Fuente: MDZ Online