En el Hospital Italiano implementaron una técnica hasta
ahora inédita en Argentina, que evita cicatriz en la espalda y permite un
posoperatorio más rápido y menos doloroso.
El cáncer de mama puede tener un alto impacto emocional y
psicológico en las pacientes, por lo que realizar una reconstrucción tras una
mastectomía es una opción óptima para la autoestima y el bienestar de la mujer.
Afortunadamente, el escenario para mejorar la calidad de vida en Argentina es
cada vez más favorable, ya que por primera vez se llevó a cabo una reconstrucción
mamaria post mastectomía por cáncer, con músculo dorsal ancho por vía puramente
endoscópica.
Se trata de un procedimiento hasta ahora inédito para el
país, que se realiza a través de pequeñas incisiones por las que se introduce
una cámara y pinzas especiales para movilizar parte del músculo dorsal hacia el
pecho, indicaron a Infobae desde el centro médico.
El servicio de Cirugía Plástica del Hospital Italiano de
Buenos Aires fue el encargado de llevar adelante la exitosa intervención, una técnica
descrita por el cirujano plástico Neil Fine en los Estados Unidos que se emplea
en el campo medicinal desde hace años en distintos lugares del globo. El equipo
tiene programa la segunda práctica para los próximos días de febrero.
Al contrario de sus predecesoras, esta práctica que ofrece
ciertas ventajas. Por empezar, se evita una cicatriz larga en la espalda, ya
que el músculo es movilizado internamente, a través de incisiones muy pequeñas
bajo control endoscópico. Al conservar la piel y la capa de grasa de la zona
dadora se reduce notablemente el defecto en la espada.
Horacio Mayer, cirujano plástico que estuvo a cargo de la
operación de la paciente de 58 años, especificó que "no requiere
incisiones axilares o dorsales complementarias, sino sólo tres incisiones de 10
mm, que dejan cicatrices muy poco visibles y a su vez son aprovechadas para la
salida de drenajes".
Por otra parte, evita el efecto "parche" debido a
que no se utiliza piel de la espalda, que es de diferente color y textura, para
reponer la de la mama extirpada. Para ello es necesario que previamente la
mastectomía haya conservado la totalidad de la piel de la mama, con su areola y
pezón, o bien que se haya recuperado la piel mediante la colocación de un
expansor.
Por último, permite transitar un posoperatorio más corto y
menos doloroso. "El procedimiento requiere menor dosis de analgésicos,
permite una rápida movilización y una pronta externación de la paciente,
habitualmente dentro de las primeras 24 a 48 horas", acotó Hugo Loustau,
jefe del servicio de Cirugía Plástica del mismo hospital.
Para Diego Steinberg (MN 93036), especialista en cirugía
plástica y miembro titular de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica,
Estética y Reparadora (SACPER) y de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos
Aires (SCPBA), esta variante técnica "es innovadora dado que se realiza a
través de pequeñas incisiones que determinarán menores cicatrices (secuelas
estéticas)". En diálogo con Infobae, añadió que "asimismo disminuye
la morbilidad del sitio quirúrgico, y posibilita una recuperación
post-operatoria más rápida". Y por último marcó una salvedad: "Debe
destacarse que siempre debe ser indicada por el profesional interviniente de
acuerdo al caso a tratar, dado que también existen otras alternativas de
reconstrucción mamaria".
Desde hace años el concepto de cirugía mínimamente invasiva
se aplicó a la cirugía del cáncer de mama con el fin de ocultar, disimular y
reducir las incisiones cutáneas, un elemento estético de gran valor en el
contexto oncoplástico. Consiste en un derecho que debe disponer toda paciente,
según lo que sostiene el doctor Jorge Pedro, especialista en cirugía general y
médico del Hospital de Clínicas.
"Toda mujer que fue o será mastectomizada debe saber
que cuenta con la reconstrucción mamaria como protagonista de su tratamiento,
ya que ayuda a aceptar la ablación, hace que la paciente colabore activamente
con el tratamiento oncológico y realice los controles periódicos, mejorando
notoriamente la evolución de la enfermedad, los aspectos emocionales y sobre
todo su calidad de vida que a su vez potencia las defensas internas valiosas
para enfrentar este proceso", aseguró Pedro en diálogo con Infobae.
Dentro de estos lineamientos, la nueva variante se presenta
como una de las opciones más destacadas que se suma a las mastectomías
conservadoras de piel y complejo areola-pezón, las técnicas de radioterapia
menos agresivas para la piel y el colgajo dorsal ancho, como las más populares
entre los cirujanos plásticos del país.
No obstante, el experto advierte que aún el número de
reconstrucciones que se realizan en territorio nacional es menor. Por distintas
causas, existe cierto retraso en su ejecución. "Nuestro país está a la
vanguardia en la técnicas de esta cirugía con el reconocimiento internacional.
Pero aún hoy no se la ofrecen a todas las mujeres en centros importantes o se
trabaja en lugares distantes sin el acceso a nuevas tecnologías o a la simple
presencia de un cirujano plástico o de la provisión de los elementos necesarios
para la reconstrucción. Es una asignatura pendiente en el sistema público y de
la seguridad social que se debe modificar en lo inmediato pese a los avances
logrados en la materia en los últimos años", subrayó.
El cáncer de mama en números
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, un 17,8
por ciento del total de la incidencia de cáncer en el país responde al cáncer
de mama. Se detectan anualmente 18.000 casos. En 2015 causó la muerte de 5647
mujeres. Esta patología, si bien es el cáncer más frecuente en la mujer, no
deja de lado a los hombres, afectando a uno de cada 100.
Las probabilidades de padecerlo aumentan conforme la mujer
envejece. Se estima que una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de mama en
algún momento de su vida.0 El riesgo es especialmente alto en mujeres mayores
de 60. Del total de afectados, menos del 15% de los casos son hereditarios.
La mamografía continúa siendo la herramienta más efectiva a
la hora de detectar la enfermedad en sus estadios iniciales. Se recomienda
realizarse una de base a los 35 años –en el caso de no presentar síntomas ni
tener antecedentes- y una anual a partir de los 40.
Fuente: Infobae