Se reunieron en San
Pablo antes de la Cumbre Mundial sobre Hepatitis 2017, y reclamaron medidas
para que los laboratorios no accedan a patentes injustas que encarecen los
medicamentos. El caso más claro de esta práctica es el Sofosbuvir, y los
intentos de Gilead de acceder a exclusividad que deja al tratamiento lejos del
acceso de la mayoría de los pacientes.
La semana pasada, en la localidad brasilera de San Pablo, entidades
que trabajan para el acceso a los medicamentos se reunieron para elaborar un
documento conjunto, que puso énfasis en una situación: el abuso de la industria
farmacéutica de las patentes de exclusividad. En el marco de la Cumbre Mundial
sobre Hepatitis 2017, estas organizaciones destacaron las campañas que se
realizan para que los laboratorios abandonen algunos pedidos de patentamiento
emblemáticos, como el del Sofosbuvir, que tanto en Brasil como la Argentina
viene siendo objeto de disputas entre los laboratorios y los sectores de
patentes. Además, hicieron un llamamiento al a generar estrategias de acceso
público y masivo a medicamentos y tratamientos para todas las hepatitis
virales.
El encuentro de la Red Latinoamericana por el Acceso a
Medicamentos (RedLAM) se produjo en la previa a la cumbre, que se desarrolló
del 1 al 3 de noviembre en San Pablo, Brasil. Allí, se elaboró un documento
conjunto donde se apuntó a las maniobras de la industria farmacéutica para
utilizar patentes de manera excesiva, y así aumentar el valor de los
tratamientos. “Los gobiernos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han
tenido una respuesta tímida que privilegia a las empresas sobre la salud de las
personas”, dijeron las organizaciones en el comunicado conjunto elaborado como
conclusión.
“Proponemos sustituir el actual modelo de innovación para
medicamentos que incluye patentes y otras formas de protección como la
exclusividad de datos de prueba, por un modelo que (a) busque soluciones a los
problemas de salud pública relevantes; (b) permita una real transferencia de
tecnología a los países en desarrollo; (c) que no permita la apropiación
privada de conocimiento producido con recursos públicos; (d) que no lleve a que
los intereses comerciales violen sistemáticamente el derecho a la salud de las
personas”, arrojó como primera conclusión el documento de las entidades (ver
archivo adjunto).
Además, las entidades les pidieron a los gobiernos de la
región que fortalezcan “los mecanismos para garantizar la implementación de las
salvaguardas de salud contempladas en el acuerdo ADPIC, articulados con
estrategias de producción local que sean transparentes, que garanticen la
soberanía sanitaria y precios asequibles en los países”. “El rol de las
organizaciones de la Sociedad Civil fue clave porque somos nosotras las que
alertamos acerca de las situaciones abusivas que las compañías farmacéuticas
generan en torno a los tratamientos. El sistema de patentes otorga derechos
exclusivos a las empresas para determinar precios que son extorsivos e
inalcanzables para los sistemas de salud de nuestros países”, dijo José María
Di Bello, secretario de Fundación GEP, que representó a la Argentina en la
cumbre de Brasil.
“Es esencial poner un freno al abuso que hacen las compañías
farmacéuticas mediante la solicitud de patentes que no cumplen con los
requisitos legales. Nosotros venimos presentando oposiciones para que se
priorice el acceso a los tratamientos de las personas que están en lista de
espera”, agregó por su parte Lorena Di Giano, la Directora Ejecutiva de
Fundación GEP. El medicamento Sofosbuvir combinado con otras terapias podría
curar a más del 95 por ciento de los pacientes con Hepatitis C. Pero ese
tratamiento está, en muchos países, bajo la patente de la empresa Gilead y tiene
un precio de mercado cercano a los 84mil dólares. Por eso, en el marco del Foro
la Sociedad Civil convocó a una manifestación frente a las oficinas regionales
de Gilead en San Pablo. Los miembros de las organizaciones fueron claros:
“Necesitamos que Gilead no patente la cura de la Hepatitis C ¡Ellos quieren
llenar sus bolsillos de dinero. Gilead Mata!”
La hepatitis C es una enfermedad que mata a más gente que la
malaria o el VIH, y todos los años 1.34 millones de personas mueren a causa de
este virus. En Argentina aproximadamente 600 mil personas viven con hepatitis C
y muchas de ellas se encuentran en lista de espera por sus tratamientos debido
a los altos costos de los medicamentos.
Fuente: Mirada Profesional
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