Un grupo de científicos investigó qué sucedería si las
personas adoptasen los hábitos recomendados por la OMS por una década.
La sal casi siempre da el presente en cada menú de los
argentinos. Siendo el ingrediente favorito y esencial para la mayoría, las
comidas sin su aporte no tendrían el mismo sabor y el paladar haría de lado a
los platos que no contengan su toque distintivo. Condimento que se instaló en
el centro de debate en torno a sus efectos para la salud, a lo largo del tiempo
fue asociada con aumentos del riesgo de hipertensión y de enfermedades
cardiovasculares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que la
ingesta máxima de sodio es de 5 gramos por día. El ente alertó que la mayoría
de los adultos sobrepasan el número, oscilando entre 9 a 12 gramos por día en
promedio, lo que resulta en un estimado de 1.648.000 muertes anuales por
enfermedades cardíacas en todo el mundo.
Estas cifras funcionaron como base para abordar el tema y
elaborar un reciente estudio -publicado en la revista médica The British
Medical Journal (BMJ)– que reveló que con solo reducir el 10 por ciento del
consumo de sal, se podrían salvar millones de vidas en el mundo.
Un grupo de especialistas estadounidenses y británicos
dirigidos por la Universidad Tufts de Boston, Estados Unidos, analizaron en
primera instancia los costos y los efectos en la salud de una serie de
reducciones de sal, divididas por edad y sexo dentro de cada país. A
continuación, estimaron los años de vida ajustado por discapacidad (DALY, por
sus siglas en inglés), que es una medida de la cantidad total de la carga de la
enfermedad, expresada como el número de años perdidos debido a la mala salud,
discapacidad o muerte prematura.
Los resultados son contundentes: si se redujera el consumo
de sal en un periodo de 10 años, se podría haber evitado perder cada año 5,8
millones de años de buena salud, con un costo de solo 1,13 dólares por persona.
El precio es insignificante con las estadísticas de la OMS, que estima que cada
año se podrían evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sodio a
nivel mundial se bajase al nivel recomendado.
El estudio calculó el coste de la estrategia pública para
intentar reducir el consumo del aditivo en 183 países, actuando de forma
coordinada con la industria. En este punto, llegaron a la conclusión de que con
campañas gubernamentales se podría frenar la importante mortalidad vinculada al
ingesta excesiva de sal por la módica suma de 0,10 dólares por persona.
Los investigadores argumentan que implementar estrategias de
gobierno para una "regulación suave" mediante la combinación de
acuerdos industriales y la promoción de la educación pública para reducir el
sodio en la dieta será "altamente rentable en todo el mundo, incluso sin
tener en cuenta el potencial de ahorro de salud".
Fuente: Infobae
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios con contenido inapropiado no serán publicados. Si lo que Usted quiere es realizar una consulta, le pedimos por favor lo haga a través del link de Contacto que aparece en este blog. Muchas gracias